Como en el resto de las culturas, la griega adaptó elementos de otras civilizaciones para formar la suya propia. El origen de las sirenas no se encuentra en la mitología clásica, estos seres fabulosos provienen de la cultura oriental, posiblemente adoptadas del antiguo Egipto o del Próximo Oriente. Lo mismo ocurre con las Harpías y las Erinias.
Las sirenas eran conocidas también como los pájaros de Hades, el dios de los muertos, que su bello canto enloquecía a los marineros que lo escuchaban. Las sirenas en un principio no eran mujer-pez sino seres híbridos mujer-pájaro, parecidas a las Harpías en la cultura griega, aunque éstas no son tan bellas y son representadas de una forma más aterradora.
Por su parte, las Erinias eran diosas de la venganza que tenían una insaciable necesidad de vengar todo tipo de injusticias que los dioses y los mortales cometían entre ellos dentro del seno familiar. Ellas personificaban la culpa creada por los crímenes que las leyes humanas no podían castigar. Son descritas como ancianas con cabellos de serpiente, cabezas de perro, alas de murciélago y ojos rojos; portaban látigos con puntas de metal, con los cuales azotaban a sus victimas hasta la muerte.