Con una temperatura ideal y predispuestos a pasar un día de toros y campo, a las 7 de la mañana salimos un grupo de socios de nuestro Ateneo Mercantil rumbo a la ganadería de Los Chospes, nuestras expectativas se quedaron cortas ya que pasamos un gran día.
A la llegada a la puerta principal de la ganadería sobre las 10,30 horas nos recibió José María Fresneda representante de la misma y un grupo de personas que estaban llevando a cabo los preparativos de lo que sería una jornada campestre y taurina. Los protagonistas: Tomás, el mayoral de la finca y picador profesional, Aníbal Ruiz Torero, que había llegado de Alcázar de San Juan acompañado de subalternos que colaboraron con el maestro en la tienta de dos Eralas.
Iniciamos el recorrido por toda la finca abordo del vehículo preparado para la ocasión y con un gran ambiente, cámaras fotográficas y otros dispositivos en mano para captar imágenes de esta finca y sus habitantes, toros y más toros, al principio a una distancia considerable y poco a poco acercándonos a las reses hasta tenerlas a un par de metros de distancia, eso sí desde el vehículo y con las debidas precauciones, José María nos fue relatando durante el recorrido las características de los animales que habitan en esta bien cuidada finca con todo su esplendor primaveral que tanto los pastos, como los almendros, carrascas y resto de plantas lucen en estas fechas del mes de mayo.
Finalizado el recorrido, pasamos a la bien cuidada y amplia plaza de toros para presenciar la tienta de las dos Eralas por parte de Aníbal Ruiz; la primera de ellas una gran res con bravura, aguante y elegancia, a la que se le dieron más de 100 pases, entró de largo al caballo hasta en tres ocasiones y más si la hubieran dejado, sin un mal gesto, con mucha resistencia, no perdiendo las manos en ningún momento, tanto es así que el ganadero Fernando Moreno la aprobó para ser madre, la segunda aunque también buena y noble, no tenia la calidad ni la resistencia adecuada para ese cometido.
Terminada la tienta, a la puerta de la casa de la finca nos recibió muy amablemente Rosa, quien nos acompañó por todas las dependencias de la misma que por su amplitud y decoración nos recuerda a la casa de una famosa serie de televisión de los años 90 del pasado siglo, no voy a describir la casa, en cambio recomiendo a los que no vinieron a este viaje que cuando tengan ocasión la visiten, José María nos enseñó el resto de las instalaciones de la finca como: las caballerizas, las naves con cabritillos de varias razas y algunos de ellos nacidos en las últimas horas y la amplia sala de trofeos con recuerdos y fotografías de toreros y personajes famosos del mundo taurino.
Pasadas las 14 horas nos dirigimos al restaurante para reponer fuerzas de una intensa y magnífica jornada, en la mesa y como unos amigos más compartieron las viandas Rosa, Fernando y José María a los cuales agradecemos la jornada inolvidable pasada por los ateneístas en esta ganadería de los Chospes.
Paco Roger