Valencia tuvo un gran auge arquitectónico en tiempos del maestro Joaquín Sorolla (1863-1923). De hecho, la arquitectura valenciana tuvo una gran importancia gracias al estilo modernista: La Estación del Norte, el Mercado Central o el de Colón... Valencia es la ciudad española que acoge mayor volumen de obras modernistas debido al importante crecimiento de la ciudad a fines del XIX que propició la construcción del ensanche y la destrucción de las murallas medievales.
La aparición del Modernismo fue un movimiento de ruptura con los estilos que habían llegado hasta esa época con la intención de encontrar otro más moderno, juvenil y funcional basándose en la utilización de nuevos materiales como el hierro, el cristal y los azulejos derivados de la evolución industrial. Este movimiento fue impulsado por una nueva clase: la burguesía, que quiso reivindicarse a través del arte. Se huye de la tradición, de los edificios robustos, se busca el movimiento…y el detalle fundamental es la ornamentación y la naturaleza. El Modernismo Valenciano se caracterizó por la exaltación de lo propio: la huerta, las falleras, las naranjas y los pescadores... esto se vio en las obras arquitectónicas con mosaicos de colores, esculturas y adornos florales.
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