Raimon Graells i Fabregat nos trajo una conferencia en la que se centró en las famosas estatuas de bronce de los Guerreros de Riace, halladas en el mar, cerca de Riace (Italia), en 1972. Unas esculturas que datan del período Severo, conocido por su estilo realista y expresivo en la escultura griega. El descubrimiento fue casual durante una sesión de pesca submarina, y las estatuas fueron recuperadas con métodos rudimentarios pero efectivos. Tras su restauración, las figuras generaron gran interés y fueron exhibidas tanto en Florencia como en Roma con gran éxito público.
Las estatuas de Riace son notables por su condición casi divina o heroica, representadas desnudas y originalmente equipadas con armas que se han perdido. Este detalle es crucial porque la presencia o no de armas en las esculturas antiguas como estas puede alterar significativamente su interpretación y su contexto histórico. Sin los atributos originales, la identificación precisa de los personajes representados se vuelve más difícil, afectando su valor histórico y simbólico.
El descubrimiento también condujo a avances significativos en la arqueología subacuática y en la comprensión de la técnica de fundición de bronce en la antigüedad griega. El análisis de las estatuas reveló detalles anatómicos y técnicos que sugieren un alto nivel de habilidad artística y conocimiento científico en la época, destacando la importancia del bronce como medio preferido para las esculturas monumentales en la antigua Grecia.
La reconstrucción moderna de las armas ha generado debates sobre su identidad y propósito original, mostrando cómo las nuevas tecnologías y métodos de análisis pueden arrojar luz sobre artefactos antiguos previamente mal comprendidos o incompletamente interpretados.
Así, las estatuas de los Guerreros de Riace no solo representan un ejemplo excepcional del arte griego clásico, sino que también han sido fundamentales para la comprensión de la escultura de bronce de la época Severa y para los avances en la arqueología marina. Su redescubrimiento y restauración han revivido el interés global en el arte y la historia de la antigua Grecia, sirviendo como símbolos poderosos del pasado y la excelencia artística de la civilización helénica.