El homenaje a D. Santiago López por sus 50 años de alternativa fue muy especial porque se homenajeó a una persona que ha sido y es todo en el mundo del toro. Desde vendedor de almohadillas, novillero, matador, apoderado de toreros y productor taurino, en definitiva, una leyenda viva en Valencia, tierra que le acogió y en la que ha formado una familia extraordinaria. El Salón Stolz de nuestra casa acogió un sentido acto organizado por la Tertulia Taurina en colaboración con la Diputación de Valencia, en el que más de 200 personas llenaron el salón más señorial del Ateneo Mercantil.
Entre el público había lo más granado del toreo, el gerente de la empresa de la plaza de toros de Valencia, Nacho Lloret, el director del Centro de Asuntos Taurinos de la Diputación Provincial, Toni Gázquez, así como los representantes de las principales asociaciones taurinas y numerosos profesionales del mundo del toro, amigos y familiares del homenajeado. La conferencia fue magistralmente guiada por el el periodista de Aplausos, Ángel Berlanga, quien excusó la ausencia del director de Aplausos, y también moderador, José Luis Benlloch, por motivos personales. Benlloch escribió una carta muy emotiva a Santiago López que se leyó antes de comenzar la conferencia.
Santiago López repasó su trayectoria como matador de toros desde que partió de su Alhama de Granada natal en busca de un sueño, hasta que dejó el toreo en 1980. Él se 'doctoró' en la Feria del Corpus de Granada, un 8 de junio de 1969, cuando Diego Puerta, en presencia de El Viti, le cedió la muerte del toro 'Pesetero', de Antonio Méndez. "Aquel día corté cuatro orejas y un rabo, pero el maestro Puerta paseó cuatro y dos colas y El Viti, que se llevó tres trofeos, si no cortó ningún rabo fue porque pinchó. Fue una tarde soñada. No veas cómo salía Puerta de la cara del toro tras los pases de pecho. Me miraba desafiante como diciéndome: ¡bienvenido, pero aquí el que manda soy yo!".
El torero comenzó en las capeas de Madrid y Guadalajara en las que fue corneado en un par de ocasiones: "En Chinchón recibí mi bautismo de sangre. Aquello no era fácil, en realidad era muy duro. Antes de vestirme por primera vez de luces ya me habían dado dos cornadas", recordó. Luego llegó su leyenda de novillero, dejando una gran corrida en la Maestranza: "Como novillero con caballos logré cortar tres orejas en la Maestranza de Sevilla el día de mi presentación, pero no pudieron sacarme a hombros por la Puerta del Príncipe porque en aquellos tiempos no se abría para los debutantes", afirmó. Al toro se lo debe todo: "No fui figura, porque para serlo hace falta un milagro, pero, de todos modos, todo ha valido la pena. Al toro se lo debo todo, incluso recalar en Valencia, ciudad que me acogió y en la que he formado una familia estupenda que hoy tengo el placer de que me acompañe", destacó.
Apoderado y Empresario
Como no podía ser de otra forma, Santiago también destacó su faceta como apoderado y empresario. "Sin duda me quedo con el apoderamiento porque me ha llenado más". Él fue mentor de toreros como Campuzano "por mediación del maestro Antonio Ordóñez”-, Rafi de la Viña, Manolo Carrión, José Tomás, El Fandi, Luis Francisco Esplá, Dámaso González, Ruben Pinar, Juan Bautista, Diego Urdiales, Andy Cartagena, Román, Varea… "Mi mayor satisfacción ha sido José Tomás y mi gran obra, El Fandi. Con José Tomás, ni él ni yo pensamos nunca que pudiera llegar tan lejos como ha llegado. ¡Pero vaya si lo ha hecho…! Ser figura es casi imposible y él lo ha sido”.
Santiagotiene un sueño pendiente: "ojalá pueda encontrar un chaval de Valencia, llevarlo a matador de toros y lograr que sea figura. Sería el broche perfecto a mi carrera, el broche que más deseo". Santiago, emocionado, antes de recibir un trofeo de recuerdo por parte de la Tertulia del Ateneo Mercantil, dedicó unas emotivas palabras al público presente. “Podéis contar conmigo para lo que os haga falta”. Como indicó el productor Simón Casas en el vídeo previo que se emitió, D. Santiago López es hombre, es torero y es amigo.
Texto: Aplausos | Fotografía: Mateo