Los arquitectos y catedráticos de la Universitat Politècnica de València, Fernando Vegas y Camila Mileto, nos acercaron la figura de un valenciano ilustre como es Rafael Guastavino. Un personaje nacido en Valencia en 1842, que marchó a Barcelona en donde estudió entre 1861 y 1865 en la Escuela Especial de Maestros de Obras. En Cataluña dejó increibles construcciones como la fábrica Batlló en Barcelona y el teatro de Vilassar de Dalt. A las 39 años viaja a Nueva York, donde comenzó a edificar su ahora magnificada obra.
Intervino en más de un millar de obras, 200 de ellas en Nueva York, fundando junto a su hijo, en 1889, la Guastavino Fireproof Construction Company. Su despegue en Estados Unidos llega desde la colaboración con al arquitecto Charles Follen Mackim en la construcción de la Biblioteca Pública de Boston. El proyecto inicial no contenía bóvedas tabicadas, pero Guastavino convenció a todos destacando que sus estructuras de bóveda tabicada eran resistentes al fuego y, también, por su arquitectura de Beaux Arts, estilo arquitectónico clásico académico, de origen parisino, que tuvo gran influencia en el periodo 1885 a 1920 en los EE UU. La Gran Central Terminal, de Nueva York, y la Biblioteca Pública de Boston son los dos ejemplos más representativos.
La bóveda tabicada era un sistema constructivo usado en los pueblos del Mediterráneo, pero Guastavino mejoró su funcionamiento con innovaciones estructurales, de los materiales y constructivas. Se especializó en detalles constructivos que mejoraban los costos, la durabilidad y la agilidad. Fue clave en sus innovaciones la compra de materiales exclusivos como el cemento pórtland para incrementar la solidez y la resistencia al agua de las bóvedas.