El lunes 9 de enero de 2017, a las 19,30 horas, tuvo lugar en el Salón de Actos del Ateneo Mercantil de Valencia una nueva lectura homenaje a una poeta valenciana, Francisca Aguirre. Introduce el acto Vicente Bosch con unas palabras de bienvenida a los asistentes, y pide a la presidenta del Ateneo, doña Carmen de Rosa, que dirija unas palabras al público asistente para presentar a Francisca Aguirre.
Carmen de Rosa nos ofrece un breve resumen de la vida de Francisca Aguirre, gran poeta y narradora alicantina (1930), con una conmovedora sensibilidad anclada en las dolorosas vivencias de una familia de represaliados en la posguerra, y que, sin embargo, supo erradicar el odio y vivir luego una vida plena como poeta y esposa de otro gran poeta, Félix Grande, ambas vidas llenas de honrosos trabajos y premios. Plena de sabiduría, su obra narra momentos de la historia de España, momentos de hambre y dolor en la cruel posguerra. Dos pasiones la mantienen, palabra y memoria histórica sin rencor, poesía y bonhomía. Una de las grandes poetas de España. Sólo hay que leer su poema “Frontera”.
Vicente Barberá agradece al Ateneo, y a su presidenta, el apoyo prestado al proyecto Poetas en el Ateneo, gracias al cual es posible tener hoy aquí a Paca Aguirre y al gran guitarrista José María Gallardo. Extiende su agradecimiento A Vicente Bosch, miembro de la junta directiva del Ateneo, a Ricardo Bellveser y a todo el comité organizador del evento (Rafael Soler, Antonio Mayor, Isabel Moyano, José Luis Vila, María Victoria Roig, Vicente Bosch, Virgilio Fuero y el propio Barberá).
Luego hace un breve resumen del año que lleva funcionando exitosamente el proyecto Poetas en el Ateneo, por el que han pasado en este primer curso los poetas Ricardo Bellveser, Jaime Siles, Vicente Gallego, Sergio Arlandis, Pedro J. de la Peña, Guillermo Carnero, Carlos Marzal, Antonio Cabrera y Rafael Soler.
A pesar de la numerosa asistencia, y de la casi completa nómina de poetas que han venido a homenajear a Francisca Aguirre recitando algún poema de nuestra autora , se echan en falta alguna ausencias, cuyas justificaciones detalla Barberá: no pueden estar hoy aquí por diversas causas: Jaime Siles (Canarias), Carlos Marzal (Andalucía), Rafael Soler (Madrid), Sergio Arlandis, Antonio Cabrera, Blas Muñoz, Ana Noguera (India), José Vicente Peiró (Salamanca) y Antonio Méndez Rubio; algunos de ellos se han sumado al homenaje con breves notas laudatorias para la poeta y su obra.
Sin más preámbulos, Barberá cede la palabra a Ricardo Bellveser para que proceda a presentar a la poeta y al músico.
Ricardo Bellveser hace una “laudatio” clásica en la que muestra su admiración por Paca y por Félix, como personas y como poetas. El periodista ha publicado en el periódico El Mundo, esta misma mañana una reseña que glosa su obra, avisa del homenaje y se pide primera fila. Y esta tarde desde la presidencia del acto nos recuerda su tarea como impulsor de publicaciones y premios que han reconocido la obra de Paca: las antologías Triste asombro (2001) y La memoria arrodillada (2002), el premio Alfons el Magnànim (2007), y el Miguel Hernández, por su obra Historia de una anatomía, libro que obtuvo posteriormente el Premio Nacional de Poesía.
El padre de nuestra poeta —sigue diciendo Ricardo— el pintor Gonzalo Aguirre regresó del su exilio en Francia tras la Guerra Civil confiando en la promesa del régimen de Franco de revisión de causa y el perdón si no había culpas de sangre. Pero fue detenido al cruzar la frontera y acabó siendo asesinado con el infame garrote vil en plaza pública, uno de los últimos así ejecutados, en 1942. La madre y sus tres hijas tuvieron que sobrevivir “en esa zona de vacío que va de la vida a la muerte”, dice Paca en uno de sus más hermosos poemas, El último mohicano.
Precisamente este poema toma el nombre del libro de Fenimore Cooper que su madre le compró en el rastro de Madrid el día de reyes de 1944, junto a otros dos, La Cuesta encantada de Peter Kyne y Nómadas del norte de James Oliver. Estas lecturas despertaron la vocación literaria de Paca. Trabaja desde los 15 años. Sigue las tertulias literarias del Ateneo donde conoce a los poetas con los que luego se relacionaría, entre ellos al que luego sería su marido, Félix Grande. En La memoria arrodillada cuenta su tragedia y el título se explica porque madre y niñas suplicaron arrodilladas ante Carmen Franco el perdón para su padre, cruelmente sin éxito. Pero, dice Ricardo, nunca oí ni a Paca ni a Félix una palabra de rencor por un pasado tan absurdo y cruel.
Luego vinieron los trabajos más relacionados con la cultura, especialmente en torno a la poesía y a nombres como José Hierro, Buero Vallejo, Luis Rosales (fue su secretaria en Instituto de Cultura Hispánica), y la revista Cuadernos Hispanoamericanos, de la que fue director su marido, Félix Grande.
Y para terminar esta laudatio Ricardo cita una reflexión de la poeta, que ya tiene 86 años: Sin rencor ni odio. Me moriré de un silencio mayor que yo. La muerte es un atributo de la vida.
A lo largo de esta intervención se han ido proyectando fotografías de toda la vida de Paca, con sus padres y hermanas, reproducciones de cuadros y retratos pintados por el padre; con otros escritores (Sábato, Rosales, etc.) y fotos familiares con Félix y la hija de ambos, la poeta Guadalupe Grande.
A partir del comentario de las fotos se establece un interesante diálogo en el que Vicente Barberá y Ricardo Bellveser preguntan: ¿Cuándo y cómo empezaste a escribir?, ¿Quién te enseñó a ser buena?, ¿Qué conclusión sacas de la vida? ¿Puede la poesía curar algo, tener carácter terapéutico? ¿Cuál es tu mejor poema?, etc.
Y Paca Aguirre ha ido contestando con espléndida lucidez cosas como estas:
- Empiezo a escribir en serio a partir de una lectura de Alfonsina Storni tras la cual rompo todo lo escrito desde los 15-16 años, y descubro a poetas como Rosales o Félix.
- “El odio es un pésimo maestro para los seres humanos”, decía mi abuelo materno, que era fotógrafo y se llevaba muy bien con mi padre. Hay que luchar por lo justo pero nunca con daño para los otros.
- ¿Conclusión de la vida? La vida me ha dado todo y también me lo ha quitado todo. Me ha dado dolor y me ha dado alegría.
- No sé si la poesía es terapia, pero de algo sirve, léase a Bécquer. El poema es un espejo.
- ¿Mi mejor poema? No lo sé, quizá no esté escrito.
A continuación Ricardo Bellveser presenta al músico José María Gallardo, solista compositor, músico de cámara y director musical que ha actuado en los mejores teatros, como el Carnegie Hall, la ópera de Tokio, en Viena, en París, Los Ángeles, Londres…etc. Y también con directores de orquesta como Neville Mariner, Frübeck de Burgos o García Asensio. Por otra parte sus composiciones han sido coreografiadas por artistas como María Pagés, Víctor Ullate, o Lola Greco. Su formación como guitarrista clásico se ha enriquecido con su intensa relación con el mundo del flamenco, línea de conexión con Félix Grande que fue gran aficionado a la guitarra y al flamenco.
José María se declara amigo de la familia Grande y se siente orgulloso de esta amistad que dice le ha servido para acceder a la gran cultura por el campo de la poesía.
En honor de Paca interpreta la pieza preferida de nuestra poeta, una obra de Astor Piazzola, Adiós a un amigo.
Vicente Barberá da paso al recital, a la lectura de los poemas de Francisca Aguirre por parte de los poetas asistentes al homenaje que se desarrolla en este orden:
- Amparo Carbonell: Oficio de tinieblas
- Antonio Mayor: Anzuelo para la mirada
- Encarna Beltrán: Frontera
- Juan Luis Bedins: Nana de las tachaduras
- Juan Pablo Zapater: No os confundáis
- Juan Ramón Barat: Triste fiera
- Manuel Emilio Castillo: La bienvenida
- Mar Busquets: Testigo de excepción
José María Gallardo vuelve al escenario para interpretar la composición Marta.
- María Teresa Espasa: Casandra
- Mila Villanueva: Nadie sabe qué son
- Pascual Casañ: Qué difícil
- Pedro J. Moreno: Música de la distancia
- Pilar Verdú: 300 escalones
- Rosa María Vilarroig: Había poca luz. Lee además un texto propio en homenaje a Francisca Aguirre.
Virgilio Fuero entrega a Paca una composición videográfica en la que recita el poema Todos tenemos el jardín oculto.
Lola López interpreta el texto teatralizado Desanimada
Ricardo Bellveser vuelve a comentar el poema Frontera, antes de rogar a Paca Aguirre que lo vuelva a recitar ella. Y ella dice: “Me da corte leer después de todas estas gentes tan estupendas” y lee Frontera, ese emocionante encuentro imaginario con Don Antonio Machado. A continuación nos emociona también con su lectura de “El último Mohicano” (“En homenaje a mi madre, que luchó para que no viviéramos en el odio y el rencor y no olvidáramos la injusticia cometida con mi padre; para que viviéramos en libertad y alegría a pesar del hambre que pasábamos”).Los aplausos del público y la emoción y a veces las lágrimas de Paca se han ido mezclando a lo largo del extenso e intenso recitado y en también con la música del maestro Gallardo.
Para finalizar el guitarrista José María Gallardo interpreta “Romance de valentía” que Paca sigue vivamente y a todos nos emociona.
Esta décima entrega de Poetas en el Ateneo ha sido el primer homenaje emocionado, a una poeta extraordinariamente humana, y cercana, a pesar —o precisamente por eso— de la alta calidad de su poesía. Enhorabuena a todos por este regalo que nos hace al mundo de la poesía en Valencia.
Antonio Mayor