La vida y el martirio de Jesucristo cambiaron la Historia. En Semana Santa conmemoramos cómo fueron sus últimos días en la Tierra. Seis intensas jornadas, en la que Cristo irá de una entrada triunfal a Jerusalén, aclamado por la multitud, lo que conocemos como el Domingo de Ramos, a ser víctima de una traición y una conspiración, y a la muerte en la cruz.
Jueves Santo: Jesús les anuncia a sus discípulos que el jueves celebrará con ellos la cena de Pascua. Judas se pone en contacto con uno de los principales sacerdotes y le ofrece entregar a Jesús. A cambio, recibirá 30 piezas de plata. En la Cena, Jesús lavó los pies de sus discípulos y durante ésta da a lugar uno de los más importantes sacramentos del cristianismo: la comunión o Santa Cena. Luego llegaría, en el monte de Getsemaní, la traición de Judas y la negación tres veces de Pedro. Los soldados se llevan a Jesús y los discípulos huyen.
Viernes Santo: Jesús es llevado ante el Sanedrín, una asamblea de sabios, presidida por Caifás, el sumo sacerdote, quien lo acusa de blasfemar. Tras este episodio, Jesús es llevado ante Poncio Pilato, el gobernador romano, quien se lava las manos, suelta a Barrabás y condena a Jesús a muerte en la cruz. Para burlarse de quien se decía "Rey", le ponen un manto rojo y una corona de espinas. Recorre el Vía Crucis con la cruz al hombro, llega al Gólgota, donde es crucificado, junto a dos reos. A los pies de la cruz estaban su madre, María, sus discípulos y María Magdalena. Tras unas horas de agonía, un soldado, Longinos, lanceó a Jesús en el costado y expiró. José de Arimatea obtuvo de Pilato el permiso para retirar el cuerpo de Jesús y darle sepultura.
Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección: Los sacerdotes y fariseos pidieron a Pilato que la tumba fuese sellada con una piedra y vigilada. Temían que alguien robara el cuerpo. Pese a ello, cuando el domingo a la mañana, María Magdalena fue al sepulcro de Jesús, encontró la piedra removida y la tumba vacía. A ella fue la que se le apareció Jesús por primera vez tras su resurrección. 40 días después de su resurrección, Jesús ascendió al cielo.
Así nació una nueva religión, el cristianismo. Sus seguidores eran perseguidos, pero el cristianismo se extendió por todo el mundo y acabaría siendo reconocido por el propio Imperio Romano.