Hasta finales del siglo XIX, Anatolia es la gran desconocida para los eruditos de la antigüedad. Egipto y Mesopotamia son las únicas culturas de Oriente Próximo dignas de interés. Los hititas, la principal civilización de la Edad del Bronce en la península anatólica, son solo el actor secundario mencionado en los textos egipcios y en la Biblia, el malvado adversario.
El hallazgo en 1906 de las tablillas de Boğazköy, y su desciframiento en 1917 por Bedřich Hrozný, modificaron nuestra visión de la zona, permitiendo conocer un poderoso estado que durante 500 años fue una de las principales potencias de la región. Aun así, en el imaginario popular siguen siendo los grandes olvidados.
Los hititas se convirtieron en uno de los poderes más fuertes que emergieron en el Próximo Oriente durante la antigüedad. Junto a otras conformaciones políticas de corte imperial como los asirios, los egipcios o los persas, dejaron una huella histórica que todavía hoy sigue siendo objeto de un intenso estudio.