Con lleno hasta la bandera se realizó la tertulia extraordinaria del miércoles 5 de febrero, dedicada a la presentación del libro Mis reflexiones taurinas, obra de Nicasio Jiménez Pardo. Algunos asistentes tuvieron que seguir el acto de pie en la puerta y en la antesala. En la mesa presidencial se encontraban el autor, Alberto Jiménez, amigo personal y párroco de Honrubia, Paco Roger, Paco Ferri y Salvador Chapa.
En primer lugar Paco Roger presentó a los componentes de la mesa, dedicando lógicamente más tiempo a Nicasio Jiménez con referencia a su familia, su trayectoria en el mundo taurino, su faceta poética y sus aficiones, etc. Estas palabras emocionadas motivaron el primer aplauso del público.
Salvador Chapa resumió brevemente el contenido del libro de un "constructor de obras", que desvela y comparte las emociones, pensamientos y sentimientos que forman su mapa del mundo en tres ámbitos: la tauromaquia, el más extenso dibujado con cariño y de una forma positiva, la ciudad deshumanizadora ("ya no nos miramos a los ojos"), en la que vivimos estos tiempos de prisas, sin ética y sin virtud, y la vida rural que describe con tristeza y nostalgia de un pasado que se muere.
A continuación Paco Ferri explicó su presencia en el acto desde la relación con su amigo, el valor de las emociones, la importancia del día para el autor y la función del libro como enciclopedia de la tauromaquia.
Alberto Jiménez, llegado ex profeso para el acto, describió su relación de amistad iniciada en Casa El Olmo en el año 2000 y las conversaciones que ha mantenido con Nicasio Jiménez quien se expresa en el libro como si fuera su hijo. Habló de la tauromaquia como un poema, como un "precioso ritual de conexión del espíritu del hombre con algo superior, con el más allá", y del autor como "torero en el ruedo de papel".
Nicasio Jiménez agradeció a los componentes de la mesa sus palabras y al público su asistencia para afirmar después con emoción contenida que el libro y él forman la misma persona, y que la obra ha contado con "abuelos" para hablar bien de ella. Después de referir las tareas que realiza cada uno de los miembros de la comisión taurina, presentó al guitarrista Juan Andrés Hernández y a la rapsoda María Dolores Ruiz, que recitó el poema Toros, guitarra, flamenco y poesía, incluido en la obra.
El autor explicó de forma positiva el hecho de que el acto se realizara en la Sala de la Tertulia Taurina, espacio más acogedor, pidió que el libro se comprara para leerlo, y contó el nacimiento del mismo en las primeras tertulias de hace casi tres décadas. Reflexionó sobre la dificultad de "modelar un toro" en los lances, sobre el misterio, sentido y razón de la embestida que reúne toro, muleta y toro en una faena "negociación" siempre diferente e irrepetible y sobre las plazas de toros como patrimonio arquitectónico.
Nicasio Jiménez, acompañado a la guitarra por Juan Andrés Hernández, recitó su poema Para ver bien a Morante, lo que provocó un nuevo aplauso del público. Sergio Durá evocó con suma emoción la relación que tiene con la familia del autor y sintetizó los valores que éste tiene: autenticidad, humildad, generosidad y una emoción apasionada que impulsa a mejorar a quien le escucha.
Paco Roger mencionó después el sentido y valor de las tertulias de personas que hablan, escuchan y contrastan opiniones. Una gran sorpresa fue el cante por sevillanas que realizó Alberto Jiménez. Acompañado por el guitarrista, interpretó Al hijo del Espartero lo van a meter a fraile, y Llora un becerro, llora un becerro, lo que fue seguido por el aplauso estruendoso y los vítores de los asistentes. Paco Roger cerró el acto con unas breves palabras antes de que comenzara la firma de ejemplares.
Salvador Chapa