La Sábana Santa es la reliquia más fascinante del cristianismo. Los que cuestionan su veracidad lo hacen con argumentos discutibles, pero que han calado en la opinión pública. Para arrojar luz sobre el tema, Jorge Manuel Rodríguez Almenar nos explicó todo lo que envuelve al Síndone.
Los que cuestionan la autenticidad de la Sábana Santa se apoyan en la prueba del carbono 14, sin embargo, los resultados de la misma han sido rebatidos. La prueba del carbono 14 se hizo hace más de 30 años, en 1988. Considerarlo como un estudio moderno es absurdo. El propio inventor del método moderno del carbono 14, el profesor Harry Gove, reconoció, un década después de la prueba, que no se había utilizado un método de limpieza adecuado.
Los aciertos del carbono 14 están cerca del 70%, pero hay un 30% de errores, que se dan por la contaminación que también tiene carbono 14. . La contaminación también tiene carbono 14 y puede falsear completamente el resultado. El nivel de fiabilidad de los laboratorios no llegó al 5 %, que es el mínimo aceptable.
Uno de los científicos que estudió directamente la Sábana Santa en 1978, Raymond Rogers, destacó que el lienzo es de lino puro, que es lo que compró José de Arimatea, según el Evangelio. Sin embargo, el fragmento que se cortó para hacer la prueba del carbono 14 contiene fibras de algodón teñidas que no son originales, lo que invalida totalmente la prueba del carbono 14.
Este tipo de tejido es muy bueno y resulta curioso que se utilizase para un crucificado, porque eran personas marginales que habían cometido delitos terribles. Soprende que una tela tan buena envolviera un cadáver de un crucificado. Una tela digna del sumo sacerdote, con el que se utilizaron los ungüentos para el enterramiento de un rey.
El hombre de la Sábana Santa es de un crucificado y sólo encaja con el caso de Jesús. Empezando porque está coronado de espinas y nunca se coronaba a nadie de espinas. Eso se le hace a Jesús, porque se ha proclamado rey. Además, las huellas de la flagelación y la crucifixión. Ningún condenado era flagelado y crucificado, tan sólo Jesús. Encima que fuera coronado de espinas y, además, enterrado con una tela buenísima.
La Sábana se estudió exhaustivamente, entre los años 78 y 81, por un equipo llamado STURP. Lo formaban 33 personas, muy especializados y los resultados de su investigación se publicaron en 27 revistas científicas. La Síndone no es pintura, no es pigmento, no es una imagen hecha por contacto o a vapores amoniacales. Todo eso está descartado. Técnicamente la imagen es la degradación de la celulosa del lino en las fibras más superficiales de algunos hilos.
Sigue existiendo un gran interés de los investigadores por la Sábana y el propio papa Juan Pablo II, en su día, la definió como "un reto a la inteligencia". Y es que esa misteriosa huella, única en el mundo, sigue siendo, por encima de todo, un verdadero "espejo del evangelio".