La geomorfología del territorio ocupado por el río Turia ha sido estudiado exhaustivamente y se puede afirmar con certeza, que discrepa de la idea común que tenemos de una Valencia plana. El entorno de la nueva ciudad, Valentia Edetanorum, el paisaje era diferente al que hoy conocemos. El caudal del río Turia se dividía en dos brazales, de manera que en el centro se formaba una isla fluvial, parecido a una península, donde se ubicó la ciudad. La Albufera llegaba a las mismas puertas de la ciudad, existían marjales que hoy ocuparían los terrenos de Sagunto, Puzol, El Puig...
La arqueología comienza a dar resultados de los instantes iniciales de la fundación de nuestra ciudad en el año 138 a.C. y descubre el contesto romano en que se hizo. Los historiadores que relataron o citaron los momentos iniciales de Valencia, refuerzan lo que estamos descubriendo y confirman el cómo y el porqué del asentamiento y de la fundación.
Los fundadores de la Valentia romana fueron veteranos de las guerras lusitanas (155 – 139 a.C.). No obstante, la expresión sub Viriatho llevó a pensar que eran procedentes de las filas lusitanas a las órdenes de Viriato. Esta teoría "lusitana" se mantendría hasta hace unos años, cuando la arqueología de la Almoina aportó nueva información. Los restos arqueológicos son de ascendencia itálica, de la región de Campania y Valentia se fundó como colonia latina.
Valencia se fundó en el lugar estratégico, justo en el centro de las dos ciudades romanas más importantes de la península, Tarraco (Tarragona) y Carthago Nova (Cartagena), entre Sagunto y Xátiva, y para lanzar campañas militares hacia el interior contra terrenos celtíberos sin conquistar. De hecho, el itinerario del la vía Augusta se modificó para que atravesara la ciudad.