A lo largo de la historia, las leyendas y la realidad se han ido entremezclando en multitud de ocasiones, creándose una historia paralela tanto de acontecimientos como de personajes. Uno de los mayores ejemplos de esto es el mito de Drácula, un personaje de ficción, que tiene un origen oscuro y que en la mayoría de ocasiones, se ha identificado con un hombre: Vlad Tepes 'El Empalador'. A lo largo de la historia del cine se han reproducido gran cantidad de encarnaciones de 'Drácula' y nuestro ponente José Abad, destacó las mejores y las peores adaptaciones de la historia. Lo que parece claro es que cada generación tiene su Drácula, y cada época su forma de entender e interpretar al vampiro ideado por Bram Stoker en 1897.
La primera adaptación de Drácula con enorme impacto fue Nosferatu, de F. W. Murnau (1922), con Max Schreck como Graf Orlok, un trasunto del Conde que no contó con los derechos de adaptación de la novela, en manos de su viuda, Florence Balcombe.
Otra de las versiones más conocidas fue Drácula de Tod Browning, (1931), que es teatral en su origen y en sus planteamientos dramáticos. El Drácula de Terence Fisher, (1958), protagonizada por Christopher Lee y Peter Cushing, una versión semejante a la de 1931. Hasta que llegó el Drácula, príncipe de las tinieblas de Terence Fisher, (1966), la continuación de la de 1958. Christopher Lee vuelve a ponerse a las órdenes de Terence Fisher en esta nueva aventura del conde. También hay que destacar Nosferatu, vampiro de la noche de Werner Herzog, (1979), Drácula de Bram Stoker de Francis Ford Coppola, (1992), Drácula 2000 de Patrick Lussier, (2000) aunque la película no tuvo gran éxito, cabe destacar esta versión por su impactante y original banda sonora.