Un nuevo Ciclo de Tertulias se abre con el de "Israel en el Siglo I" y en la primera conferencia que impartió el profesor D. Adolfo Alonso Durá fue sobre "La Historia y el Contexto de la Palestina Romana". El ponente nos habló de cómo era la Palestina Romana en el los siglos inmediatamente anteriores a la llegada de Jesus de Nazaret, qué tribus habitaban, qué emperadores tuvo, cómo estaba dividido Israel en aquel tiempo y cómo eran las clases dominantes políticamente en aquel Estado.
Todo contado y explicado por este profesor universitario que hace que se tome conciencia de cómo se vivía y de cómo se sentía en la tierra donde nacería años después el Mesías. D. Adolfo destacó y enumeró cuáles eran las creencias religiosas de sus moradores y explicó a la perfección el momento socio-cultural que se vivía en el estado palestino. Todo contado de una forma amable y sencilla, y como no apoyado siempre en imégenes que ayudan a su comprensión.
La Palestina del siglo I era un lugar lleno de conflictos. Por un tiempo, en la Tierra Santa hubo conflictos dinásticos por el poder, luchas internas y, ocasionalmente, guerras en gran escala. Durante el siglo II a.C., se estableció transitoriamente un reino judío más o menos unificado - Tal como menciona el Libro de Macabeo del Antiguo Testamento. Sin embargo, en el 63 a.C., esta tierra volvía a estar en conflicto y era invadida por nuevos conquistadores.
Más de medio siglo antes del nacimiento de Jesús, Palestina cayó ante las legiones de Pompeyo y se impuso el Dominio Romano. Pero el Imperio Romano estaba muy extendido por ese entonces, y demasiado preocupado con sus problemas propios como para instalar la estructura administrativa necesaria para regir directamente. Es así que los romanos decidieron crear una línea de reyes-títeres que gobiernen Palestina bajo su tutela. Esta es la dinastía de Reyes Herodianos que no eran hebreos sino árabes.
La gente del país pudo mantener su propia religión; pero Roma era la autoridad suprema. Su autoridad era ejercitada por medio del Derecho Romano que era forzadamente impuesto por los legionarios romanos, tal como lo hicieron luego en Inglaterra. La vida de Jesús casi abarcó los primeros 35 años de un conflicto que se extendió por más de 140 años. Este conflicto no cesó con la partida de Jesús, sino que siguió por 100 años más, presentándose los sentimientos populares y actitudes sicológicas que se dan naturalmente ante tan sostenida resistencia contra un opresor. Uno de estos sentimientos era la esperanza y el deseo de tener algún héroe-Mesías que libere a su pueblo del tiránico yugo romano. Fué solo por virtud de un accidente histórico y semántico que el término Mesías pasó a ser aplicado exclusivamente a Jesús.