Grupo de Lectura 2: Fecha: 28 de Abril de 2017. Lugar: Sala de Juntas del Ateneo de Valencia. Nº de asistentes: 14 Editorial: Círculo de Lectores. Pág: 213.
Sinopsis: Segunda novela de ámbito valenciano, también publicada en forma de folletín en el periódico El Pueblo, fundado por el autor. Se trata de una novela plenamente naturalista (tuvo críticas por el lenguaje, poco “académico” utilizado o por la crudeza con que describe personas y situaciones) en el que es patente la influencia de Zola.
La gran capacidad de descripción de Blasco Ibáñez, su implicación en lo que narra y el conocimiento de la Valencia y su sociedad en aquel momento, unido a su amor por su tierra, hacen que el ciclo de novelas “valencianas” (junto a La Tartana y Cañas y Barro)sea dentro de su obra lo que quizá emocione más intensamente.
Esta es una de las conclusiones que alcanzó el Grupo. También se analizaron los personajes y las situaciones de la novela contextualizándolas en aquella etapa de la historia de Valencia. Blasco Ibáñez fue un hombre apasionado y eso se transmite a su obra, donde la narración toma tintes de tragedia griega.
Otra cuestión analizada fue el conocimiento de la geografía y el pueblo llano del que el autor da pruebas en esta novela, así como su amor por ambos. La galería de personajes que muestra la novela es de un tremendo realismo y Blasco no nos engaña al ponerlos en escena. Así eran a la luz cegadora del Cabanyal y lo que nos cuenta es lo que entonces ocurría realmente.
Comentarios: Una joya del naturalismo, el instinto novelístico de Blasco Ibáñez, nos dejó esta “Flor de Mayo” que Sorolla (también descendiente de aragoneses) dejaría retratado en sus lienzos, como el retrató con palabras. Una novela de las que “hay que leer” con sus aciertos y sus errores, pero con la impronta inconfundible de su autor.