Grupo de Lectura 1: Fecha: 26 de Octubre de 2019. Lugar: Sala de Juntas del Ateneo Mercantil. Nº de asistentes: 14. Editorial: - Pág: 8
Autor: Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 10 de enero de 1956) es un escritor español, académico de número de la Real Academia Española (1996) y honorario de la Academia de Buenas Letras de Granada. En 2013 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.1 En su obra abundan referencias a la cultura popular, que es una de las principales fuentes de inspiración del autor.
Sinopsis: Más que de un libro se trata de una conferencia dada por Antonio Muñoz Molina en septiembre de 2010 con ocasión de la iniciación del curso académico de ese año, que obviamente tiene una corta dimensión, no más de ocho folios. El debate se centró en la cuestión de si nuestra generación puede ser considerada como privilegiada con respecto a las generaciones que le han precedido y las de nuestros hijos y nietos.
Ante todo, algunos hicieron énfasis en la obviedad del contenido, aludiendo a que el tema de la conferencia era algo muy manido, aunque escrito con mucha pasión. Y alguno recalcó que no por ser todo muy obvio dejaba de ser interesante, porque nos recordaba cosas que de vez en cuando es bueno repensar y volver a valorar, asentando y consolidando nuestras previas ideas sobre el tema.
También se hicieron consideraciones sobre el autor. A la mayoría les gustó porque escribe con claridad, se expresa con un léxico muy rico y es de fácil comprensión. Además, es muy ecuánime en sus valoraciones. Muchos entendieron que es un gran escritor, profundo como un intelectual, pero que al mismo tiempo escribe llana y apasionadamente desde una posición situada muy cerca de sus ascendientes, trabajadores de la tierra y con una filosofía popular. Sin embargo, a otros de los asistentes este autor no les aporta nada, considerándolo como un escritor más, sin ninguna particularidad digna de ser destacada.
Comentarios: Centrado el debate en el tema sugerido por el presentador, se vertieron diversas opiniones sobre la generación de nuestros hijos y nietos en comparación con la nuestra. Una buena parte de los asistentes estimó que se trata de una generación muy diferente a la nuestra por razón de la tecnología que nos ha invadido, y que sus intereses y por tanto su educación será distinta ya que no necesitan saber lo mismo que nosotros ni que nuestros padres o abuelos, sino que han de adaptarse a esa nueva realidad. Cada uno es hijo de su tiempo y de las circunstancias que le rodean, si bien se admitió que en términos generales la generación de nuestros hijos y nietos lo tiene más difícil que lo tuvimos nosotros, especialmente si se tiene presente que el número de estudiantes universitarios ha aumentado mucho, generándose así una competencia que anteriormente no era tan intensa. Pero se expresó la convicción de que la próxima generación dará una respuesta adecuada a las nuevas necesidades, posiblemente buscando una especialización que en nuestra generación y en las anteriores era algo menos frecuente.
Al mismo tiempo se hizo referencia a algunos aspectos negativos que caracterizan las próximas generaciones. Se resaltó que van peor en materia de conocimientos genéricos o enciclopédicos cuando las comparamos con nuestra generación y con las anteriores, mostrando muchas veces una enorme ignorancia o desconocimiento y, lo que es peor, sin tener las menores ganas de esforzarse ni de aprender sobre temas que en realidad dicen que los tienen a su disposición en internet, buscando sólo el aprendizaje de lo que es más fácil y rentable para ellos. Se dijo incluso que podría cambiarse el título de la conferencia por el de un elogio desesperado de la falta de conocimiento.
Por otro lado, se habló también acerca de que el autor sentía una intensa nostalgia sobre la generación de nuestros padres y sobre sus conocimientos no escritos, transmitidos oralmente, acerca de los que nuestra generación y las sucesivas han perdido todo interés porque no les es útil. Es algo parecido a lo que le ocurre a la generación de nuestros hijos y nietos con respecto a nuestra generación: cada generación tiende a centrarse en sus necesidades, que no son más que producto de las circunstancias y de los avances tecnológicos, y desprecia todo lo demás por inútil o innecesario. Aunque también se hizo hincapié en que el aprendizaje y la transmisión oral de los conocimientos que se producía en las anteriores generaciones hacía que las relaciones entre las personas fuesen más entrañables y emotivas.
Finalmente, todos admitieron que nuestra generación ha sido una generación muy privilegiada, porque aun cuando pudo conocer tiempo atrás las características de un mundo que ya ha desaparecido prácticamente, que es la generación de nuestros padres, ha tenido la fortuna de haber dado un gran salto cultural y educativo, consiguiendo una amplia igualación entre las personas, bien que todavía persistan aspectos criticables. Sin embargo, se destacó que nuestra generación está ya en fase de extinción, que en realidad ya es una edición limitada en el tiempo.
Se indicó que lo que pretendía el autor con esta conferencia era resaltar que cada generación tiene sus propias bolsas de conocimientos, que todas ellas tienen en común el deber de preservar la democracia y el estado del bienestar, cosa que sólo podrán conseguir con una buena educación que promueva el ejercicio de la racionalidad en las personas, que es el rasgo que nos caracteriza como humanos, pues nos permite conversar, debatir o discutir los constantes problemas y dificultades que nos salen al encuentro. Aunque al final cada generación lo hará a su manera, pues cada generación cree que la propia es la mejor y tiende a despreciar o a infravalorar a las anteriores y a las posteriores.