El Zeus de Olimpia es junto al Coloso de Rodas, las dos únicas obras escultóricas comprendidas en el listado de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Escultura crisoelefantina monumental de Zeus, en la que Fidias inspirándose en los versos de Homero en la Ilíada, representó la magnificencia del padre de dioses y hombres en la cella de su templo del santuario panhelénico de Olimpia.
La comunicación pretende situar la rica iconografía del templo de Zeus y de su imagen de culto en el universo estético y espiritual de la Grecia Clásica entre las Guerras Médicas y la Guerra del Peloponeso, cuando la civilización griega capitalizada por la hegemonía política y cultural de Atenas alcanzó algunas de sus mayores gestas políticas, estéticas y culturales. Los distintos relatos y códigos míticos adoptados por Fidias y el pintor Paneno constituyen todo un elenco de tradiciones panhelénicas, locales y de heroización del pasado reciente capitalizado por la influencia ática y de su máximo representante plástico.
El Zeus Olímpico, el Zeus de Fidias, se constituye en referente clásico para la posteridad, tanto en la iconografía divina del Júpiter capitolino, como en la representación del emperador romano divinizado. La cristiandad tardoantigua adoptará en parte además su iconografía para la configuración del Jesucristo pantócrator en la Constantinopla imperial, representación iconográfica que a través de iconos y miniaturas se consolida en el Románico europeo y través del mismo se rastrea hasta época actual justificando su carácter de referente clave en la historia del arte occidental.