España tiene una reliquia enormemente importante en Asturias, ya que se puede demostrar que todas las heridas que están en el desarrollo de la cabeza del hombre de la Sábana Santa están el mismo sitio en el sudario de Oviedo. Las manchas pueden ser distintas, pero los focos son iguales: eso es irrevocable.
Nunca tal vez se podrá probar científicamente que este lienzo de Oviedo fue el mismo sudario que cubrió la cabeza de Jesús crucificado, ni que los grumos de sangre condensados en él, son los que brotaron de sus llagas. Pero la concordancia de los datos del examen científico emprendido con lo que la tradición atribuye al Sudario de Oviedo reafirma la solidez de aquella tradición, y prueba que los cristianos que recibieron esta reliquia traída de Jerusalén y transportada a la Asturias transmontana, no es en modo alguno un objeto-ficción inventado para enfervorizar bobaliconamente a los cristianos.
En la conferencia del Prof. Dr. Jorge Manuel Rodríguez Almenar, presidente del Centro Español de Sindonología, conocimos el trayecto del Sudario desde Jerusalén a Oviedo, pero lo más importante es que esta reliquia ha sido estudiada con todos los medios modernos de investigación que hoy se disponen: microscopio electrónico, ordenadores, luz infrarroja y ultravioleta, etc. Y se han encontrado cosas impresionantes...