Ser proactivo significa actuar de manera rápida y estratégica ante una situación, es decir, es tomar situaciones propias que sirvan para mejorar y desarrollar actitudes capaces de predecir problemas y actuar, incluso, antes de que sucedan. Además, hay que tener espíritu emprendedor, ya que se debe tener ilusión a la hora de iniciar un negocio propio y es importante no fracasar en el intento. El espíritu emprendedor es más que tener una mente innovadora, también se refiere a características y actitudes propias del perfil que pueden ser innatas o aprendidas y que son la base del éxito.
Proactividad es la primera habilidad para ser una persona segura de si misma. Las personas proactivas no se sientan a esperar que las cosas pasen por arte de magia: se levantan y hacen que sucedan. Además, el sentido de responsabilidad se desarrolla de una manera muy interesante, ya que no existe la afirmación: "ese problema no es mío". Los problemas negativos son vistos como responsabilidad del equipo en su conjunto y no como una carga para ser expuesta y producir desmotivación.