Luis Tobajas nos trajo hasta el Teatro Ateneo el misterio de la expedición de Diatlov en la antigua Unión Soviética, que resultó con la muerte de nueve jóvenes que buscaban alcanzar la cima de la montaña Otorten. Yuri Yudin, el único sobreviviente, se libró por casualidad de este destino y años después expresaba que su única pregunta a Dios sería saber, ¿qué le sucedió realmente a sus amigos aquella noche?
La expedición, compuesta por jóvenes de 21 a 23 años, y un único miembro de 37, se embarcó en una travesía de 300 kilómetros en los Montes Urales para obtener una acreditación de guías de nivel tres, que requería dormir en tiendas de campaña al menos seis noches.
El líder de la expedición, Igor Diatlov, junto con sus compañeros, fue documentando la travesía con fotografías hasta el fatídico 1 de febrero de 1959. La expedición enfrentó condiciones extremas de frío y viento, que complicaron su ruta. Al encontrarse con una ventisca, Diatlov decidió cambiar la ruta, una decisión que podría haber sido crucial en el desenlace de la tragedia. Esa noche, se montó la tienda en la ladera oriental de la montaña Holatchahl, pero ninguno de los expedicionarios llegó a escribir aquella noche en sus diarios.
A finales de febrero de 1959, la búsqueda de los desaparecidos comenzó a arrojar resultados escalofriantes: los cuerpos fueron encontrados en diversas condiciones, algunos con signos de hipotermia, otros con fracturas y lesiones graves, y algunos sin ojos ni lengua. Las teorías sobre lo ocurrido incluyen desde avalanchas hasta ataques de prisioneros escapados de un gulag cercano, aunque se descarta el robo ya que todos los objetos personales estaban intactos. La idea de un fenómeno natural, como un vórtice de Von Karman que genera infrasonidos y puede causar desorientación y pánico, también se ha planteado como explicación.
Entre las teorías más populares y menos convencionales se encuentran las de pruebas nucleares, OVNIs, y el ataque de un Yeti, aunque todas tienen puntos débiles. Las luces vistas en el cielo en fechas posteriores al incidente, así como la última fotografía del carrete que muestra una luz extraña, alimentan estas teorías, aunque podrían ser simplemente el resultado de un disparo accidental de la cámara. La falta de testigos presenciales el 1 de febrero limita la veracidad de estas suposiciones.
El caso de la expedición de Diatlov sigue siendo uno de los mayores enigmas sin resolver. Las condiciones extremas, el cambio de ruta y la decisión de rajar la tienda desde dentro indican una situación de pánico y emergencia. Las hipótesis continúan siendo variadas y muchas veces contradictorias, desde explicaciones naturales y científicas hasta especulaciones sobre lo paranormal. Lo único cierto es que la verdad sobre lo que les ocurrió a estos nueve jóvenes en los Montes Urales en 1959 sigue siendo un misterio que aún fascina e intriga al mundo.