Una ponencia de la médica, microbióloga, psicóloga clínica y licenciada en Historia y en Historia de Arte, Luisa Silla Criado, que nos sitúa en el esplendor de Flandes, el arte en Amberes, Bruselas, Brujas, Amsterdam, Layden o Malinas en los siglos XV y XVI.
La Escuela Flamenca pasó por varios momentos, produciendo los pintores más destacados del norte de Europa. Promovieron el arte de los Países Bajos e influyeron en toda Europa, especialmente España. La primera etapa de la escuela flamenca, ocurrida en el siglo XV y XVI la constituye el Gótico-Flamenco.
El extraordinario arte flamenco certifica el enorme desarrollo económico y el alto nivel artístico alcanzado por los Países Bajos meridionales durante los siglos XV y XVI, donde siempre había una gran oferta cultural y de artes visuales. Un periodo, además, de transición, en el que los modelos medievales comienzan a ser sustituidos por las revolucionarias aportaciones de los primitivos flamencos. Una época, en fin, capaz de producir piezas magistrales.
El retrato adquiere una nueva dimensión, se trata de resaltar la individualidad psicológica del sujeto. Unos retratos de enarme perfección, realismo y detalle, ya que su pintura tiene como origen las miniaturas. Además, el descubrimiento de la pintura al óleo implicó un enriquecimiento de la paleta cromática, los colores se hicieron más brillantes, traslúcidos e intensos y se produjo una ilusión de la perspectiva a través de las veladuras.