La isla de Rodas fue famosa por sus estatuas, sólo la capital tenía más de 3000. Algunas eran de piedra y otras, como el coloso, el bronce. El Coloso de Rodas se levantaba sobre una base de mármol en la parte final del puerto de Rodas. Realizada con piezas de bronce sobre un marco de hierro y tan sólo estuvo en pie cerca de 60 años, pese al enorme esfuerzo de de su escultor, Chares de Lindos. Fue destruido por un terremoto en el 226 aC. Se desmoronó y quedó quebrado por las rodillas, los árabes cuando invadieron Rodas vendieron todo el bronce de la escultura.
Construcción del Coloso de Rodas
La construcción del Coloso de Rodas debió ser épica. El Coloso fue creciendo poco a poco y el trabajo descomunal de sus trabajadores implicó no sólo su levantamiento, sino además, un pulimiento de su superficie hasta que brillaba a la luz del sol.
Tuvo una gran base de mármol y sobre ésta se montó la enorme estatua pieza por pieza. Las piezas se moldeaban en la superficie del suelo y se iban ensamblando desde los pies hasta la cabeza. Se utilizaron grandes bloques de piedra para los pies y las piernas y todas ellas estaban ensambladas con marcos de hierro.
Para ser más exactos se usó una aleación entre cobre y hierro, que era mucho más resistente a las condiciones climáticas, además, de aguantar mucho más al ambiente marino de la isla de Rodas cargado de salitre. El Coloso tenía cerca de 20 toneladas entre cobre y bronce y unas 8 de hierro. Y un peso total de 70 toneladas de peso.
La base de la estatua fue de piedra, hierro y cobre, que se exportó de Chipre. El cobre fue el componente principal para hacer el bronce de la estatua, ya que el bronce fluye mejor y es más adecuado para moldear la estatua y como era un metal pesado se usó para equilibrar al Coloso. La estatua alcanzó una altura de cerca de 32 metros y se tardó en construir más de 12 años.
Su interior hasta la cintura estaba rellena de ladrillos y la parte superior era hueca. Por su interior una escalera permitía llegar hasta la parte superior de la cabeza donde se encendían las luces que le hacia cumplir su función de faro (torre de fuego). Tampoco se sabe que posición adoptaba, si disponía de algún elemento en sus manos, o si en su cabeza disponía la típica corona solar del dios Helios a quien representaba. No se sabe si se encontraba vestido o desnudo, aunque se supone que debía representar la figura de un atleta joven.