La aparición del Renacimiento a finales del siglo XV y el siglo XVI fue un periodo clave de la pintura universal. El Renacimiento es un movimiento artístico que se desarrolló en Italia y se extendió por toda Europa, alcanzando su punto álgido con el arte del siglo XVI de los maestros italianos. El renacimiento humanista del arte clásico. Apartándose del ambiente religioso que dominaba la Edad Media, los artistas del Renacimiento encaminaron su atención a la belleza y el misterio del mundo natural y al hombre individual, que se consideraba el centro de esta nueva era. D. Amando García destacó a tres grandes maestros como son Bosco, Rafael y Tiziano.
La figura del Bosco. A finales del siglo XV, el gótico tardío o el Prerrenacimiento, el arte buscaba aspectos como la armonía, el ilusionismo o la monumentalidad. Sin embargo, el camino del Bosco fue totalmente diferente. No encaja ni en la pintura flamenca sobre tabla ni en el arte pictórico al norte de los Alpes, que seguía el movimiento renacentista.
El Bosco no fechó ninguno de sus cuadros y son relativamente pocos los que llevan una firma que pueda considerarse no apócrifa. De su actividad artística tan solo se documentan algunos trabajos menores no conservados y el encargo de un Juicio Final que en 1504 le hizo Felipe el Hermoso.
Rafael ha sido siempre reconocido como uno de los más grandes artistas del alto renacimiento en Italia. En su corta vida se vio aclamado como pintor, diseñador y arquitecto, y trabajó para dos de los mayores mecenas de su tiempo, los papas Julio II y León X. En los orígenes de su enorme éxito estaban su herencia artística y el estudio constante.
Es el poseedor de varias de las mejores obras de la pintura universal: Los desposorios de la Virgen (1504), La Virgen del jilguero (1506), La stanza D'Elidoro (1512-1514) de los Museos Vaticanos, Retrato de Baldassare Castiglione (1519), La Transfiguración (1516-1520) y La escuela de Atenas en el Vaticano.
Por último Tiziano fue otro gran maestro del s. XVI y el máximo exponente del retrato. Suya es La Venus de Urbino, también llamada popularmente "Venus del perrito", es seguramente la pintura más famosa de Tiziano. En ella, el artista hace uso de toda su experiencia retratística y un gran dominio del claroscuro en detalles como las arrugas de las telas.
En la historia del arte, Tiziano Vecellio fue un hombre excepcional en todos los aspectos. De él destacan no solo la calidad de sus pinturas y sus innovaciones, sino también que, al contrario que muchos de sus colegas, tuvo una vida holgada en la que nunca le faltó trabajo, fama ni dinero.