En el año 9 a.C., el emperador Augusto inauguró un espléndido monumento dedicado a la paz y la prosperidad que su reinado había traído a Roma. El altar se alza hoy junto al Tíber, en Roma, protegido por la estructura del moderno museo que lo alberga y que fue inaugurado en el año 2006.
El Ara Pacis está hecho en mármol de Carrara y destaca por la impresionante decoración constituida por varios relieves que muestran a la familia de Augusto en procesión, además de diferentes alegorías relacionadas con la mítica fundación de Roma.
El altar fue erigido en el Campo de Marte, estaba dedicado a la diosa de la Paz, en honor a la cual cada año se realizaban en él los sacrificios de un carnero y dos bueyes. Estaba situado de tal forma que la sombra del gran obelisco situado en el Campo de Marte se proyectaba sobre el Ara Pacis el día del cumpleaños de Augusto. Pero debido a la crecida del río, el altar quedó sumergido en el lodo, donde permaneció durante más de un milenio. No fue hasta el siglo XVI cuando se encontraron parte de los restos y en 1938 se llevó a cabo la reconstrucción que se conserva hasta nuestros días. En la actualidad es uno de los monumentos más significativos de la Antigua Roma, además, es el único elemento que se expone en el interior del museo.