Hay políticos, sí los hay, que enriquecen la política. Desde su humildad y su enorme compromiso dejaron un legado maravilloso por lo que trajeron a nuestra tierra y por lo que dejaron y enseñaron a las futuras generaciones valencianas. José Antonio Perelló Morales pertenecía a esta estirpe de políticos que entendieron la política como un gran servicio público a la sociedad. Un hombre adelantado a su tiempo, progresista, con una personalidad en la que destacaba su integridad y su honestidad. Un hombre honrado desde el primer día hasta el último.
Xàtiva pierde a uno de sus hijos ilustres. Abogado y economista, tecnócrata de aquella Valencia complicada del fin del régimen, pero un concienzudo demócrata, autonomista (formó parte de la comisión encargada de gestionar las transferencias a lo que sería la futura Generalitat Valenciana) y defensor de la unidad de la lengua valenciana y el catalán.
Presidente de la Diputación de Valencia, Subsecretario de Estado y procurador en Cortes. En la década de los 70 abandona el panorama político y la vida pública para convertirse en un personaje que dinamizaría la sociedad civil valenciana desde instituciones como el Ateneo Mercantil de Valencia, de la que fue presidente durante seis años (1969-1975), y la Real Sociedad Económica de Amigos del País.
José Antonio nos ha dejado a los 93 años y en su legado ha dejado huellas tan profundas como traer la Ford a Valencia. De aquella valiente decisión hoy se benefician de manera directa más de 8.000 familias valencianas. Él trabajó incansablemente para que la empresa americana llegara a Almussafes y que no se marchara a Zaragoza; peleó duro y logró imponerse a un ‘rival’ que venía con apoyo institucional y bajo el manto de la cámara de comercio y los bancos aragoneses.
Pero también cambió el sistema comercial español implantando el Supermercado en España, de ese germen luego nacería Superette y Mercadona. Cuando en nuestro país todavía se funcionaba con ultramarinos, él fue valiente y trajo el autoservicio a España. Hizo el primer supermercado español en Ciudad Real, luego conocería a Abelardo Cervera detrás de un mostrador, quien años más tarde implantó su modelo para hacer Superette y de ahí… nació Juan Roig y Mercadona.
Además, siempre fue un defensor de la mujer. Sintió pasión por la vida pública de la mujer e incluso defendió en 2005 la candidatura de la primera mujer a un puesto relevante de la Junta Directiva del Ateneo Mercantil junto a su gran amigo Joaquín Maldonado.
Tenía tres carreras. Se licenció en Ciencias Económicas y en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y en Marketing en la Universidad de Harvard. Pero, si por algo destacó es que fue un emprendedor toda su vida, un empresario desde bien joven.
A lo largo de su vida produjo desde marcapasos a mantas. Dirigió una importante empresa textil y una cadena nacional de supermercados. Su gran pasión fue la política y la lectura, de hecho, utilizó durante muchísimos años la biblioteca del Ateneo Mercantil en la séptima planta. Fue de largo el presidente que más la pisó y que más hizo por su conservación.
En su ideal político siempre estuvo muy presente Valencia, como ciudad, como sociedad y como señas de identidad por las que luchó hasta el final de sus días. Se sentía orgulloso de ser un socialdemócrata al que le preocupó mucho la desigualdad desde que era niño. Siempre pensó y apoyó la autonomía económica, administrativa y cultural valenciana porque sabía de la fuerza de esta tierra para generar riqueza.
En su presidencia al frente del Ateneo Mercantil siempre quiso que la institución recuperara esa esencia liberal y de crítica con los asuntos de actualidad valencianos, siempre tuvo una gran preocupación por el desarrollo valenciano.
Como presidente ateneísta evitó la ‘muerte’ de El Saler, ya que se opuso frontalmente a que se creara una Benidorm en torno a la Albufera, un megaproyecto de rascacielos, que le hizo enfrentarse a la clase política valenciana y recibió muchas críticas por ello, pero el tiempo le volvió a dar la razón porque hubiera sido un disparate. Con acciones como esta, el Ateneo Mercantil recuperó en su mandato toda la repercusión pública y política que había tenido en sus primeras décadas de existencia.
Desde nuestra institución queremos mandarles un fuerte abrazo y les damos el pésame a su mujer Delia, a sus cuatro hijos: a Rosa, Francisco, María Jesús y Miguel Perelló, así como a todos sus nietos y el resto de familiares.
Se marcha una persona de una personalidad arrolladora, de un férreo compromiso con todo lo que hizo. Admirado por políticos de derechas como de izquierdas, por empresarios y la sociedad valenciana. La política ha perdido un político irrepetible. Y muchos políticos han quedado huérfanos de su fuerza y de su inspiración. Se nos va uno de los grandes pensadores del último siglo. Descanse en Paz.