La presidenta de la Asociación Española de Egiptología, Dª. Rosa Pujol, destacó la figura de Cleopatra, una mujer fuerte, de carácter y con una visión clara de cuáles eran sus objetivos y sus compromisos ante la imponente responsabilidad que cayó sobre sus hombros. Con 18 años heredó el trono del país más rico de la antigüedad. No fue la única mujer que gobernó Egipto en solitario, pero a ella le tocó hacerlo en un momento histórico particularmente difícil, entre la decadencia del mundo helenístico en el que se crió y el empuje inexorable de Roma.
Tenía una gran inteligencia. No había rama de la ciencia desconocida para Cleopatra, incluso llegó a dominar nueve lenguas. Estaba dotada de gran capacidad para la oratoria, y su conversación era viva, fluida y ocurrente. Este bagaje cultural la hizo estar mucho mejor preparada para gobernar Egipto que sus indolentes e intrigantes hermanos.
A pesar de ser y sentirse griega, quiso conocer a fondo el país que gobernaría, para lo que recorrió Egipto, aprendiendo todo sobre la cultura faraónica, los usos y costumbres de los egipcios, sus ritos religiosos y sus inquietudes. Fue la única de los ptolomeos que aprendió la lengua egipcia.