Este 14 de noviembre hemos tenido la ocasión de visitar la Bodega Mustiguillo, concretamente la Finca Terrerazo, ubicada en el término de Utiel y una de las dos fincas que componen el proyecto junto con Finca Calvestra, situada en Requena. La bodega está liderada por Toni Sarrión, un referente indiscutible de la cultura vitícola española.
A nuestra llegada nos recibió Cristina Cervera Sarrión, nieta de los fundadores y sobrina de Toni. Tras las presentaciones, brindamos con el cava Finca Calvestra Brut Nature, elaborado con variedades merseguera y chardonnay, mientras Cristina nos relataba los orígenes de la explotación agrícola que, hace ahora 50 años, dio lugar a la actual bodega: un proyecto premium basado en cepas procedentes exclusivamente de viñedos propios.
Entre anécdotas de las primeras ventas y la célebre valoración 95 Parker —la primera vez que se cataba un vino elaborado con la variedad bobal—, iniciamos la visita al viñedo. Allí recibimos una completa explicación de la agricultura sostenible que practica la bodega y de la certificación ecológica de sus vinos.
También conocimos el carácter de sus suelos, formados en los períodos terciario y cuaternario, con costra caliza sobre terrenos franco-arenosos y material sedimentario abundante: un entorno que exige esfuerzo a la viña pero que imprime una personalidad inconfundible a sus vinos.
De vuelta a la bodega, catamos el tinto La Garnacha mientras recorríamos la sala de tonelería y la de barricas. A continuación, pasamos a degustar:
- El aceite Finca Calvestra variedad Piñorera
- El vino tinto Pela Roques Syrah
- El vino blanco Finca Calvestra Merseguera
- El tinto El Terrerazo Bobal
Al despedirnos, todo el grupo coincidió en la impresión que deja el lugar: la belleza del paisaje, la serenidad de los viñedos, la calidad de las instalaciones, la excelencia de los vinos catados y, por encima de todo, la amabilidad y el trato cordial de Cristina.
Posteriormente nos desplazamos al restaurante Setaygues, en Siete Aguas, donde disfrutamos de un menú memorable que incluía un aperitivo de bienvenida, entrantes (bravas, esgarrat y croquetón de putxero), principales (alubias con tortita y compango, gazpacho del pastor y olla), además de dulces y café, acompañados de agua, refrescos y vino.
Tras la copiosa y magnífica comida, emprendimos el viaje de vuelta a Valencia con la satisfacción de haber vivido una excelente jornada en la mejor compañía.
