Amando García, profesor e historiador del arte, inauguró el nuevo ciclo del Ateneo Mercantil de Valencia dedicado a las grandes rivalidades en la historia de la pintura con una conferencia centrada en Miguel Ángel Buonarroti y Rafael Sanzio, dos de los máximos exponentes del Renacimiento italiano.
A través de una cuidada selección de obras, García expuso las afinidades y diferencias entre ambos maestros, destacando cómo sus trayectorias coincidieron en el tiempo y, en ocasiones, en el espacio, como en la ciudad de Roma, donde llegaron a trabajar simultáneamente. Ambos compartieron influencias y formación artística similar, pero adoptaron enfoques radicalmente distintos en su manera de entender la pintura.
Miguel Ángel, escultor y arquitecto además de pintor, mostró una expresividad potente, anatómica y casi escultural en sus composiciones. Prueba de ello es su imponente trabajo en la bóveda de la Capilla Sixtina, donde frescos como La creación de Adán revelan una maestría técnica y un conocimiento del cuerpo humano sin precedentes. Su arte, de una intensidad dramática, refleja una visión profundamente introspectiva y espiritual.
Por su parte, Rafael, fallecido prematuramente a los 37 años, destacó por su elegancia, armonía compositiva y dominio del color. Sus obras ofrecen una mirada más serena y equilibrada, con una representación idealizada de la belleza y una narrativa clara, como se aprecia en La escuela de Atenas o sus célebres madonas. Para García, “Rafael supo captar el alma del Renacimiento con una sensibilidad casi poética”.
Durante la charla, García abordó también la percepción de rivalidad entre ambos artistas, subrayando que más allá de cualquier antagonismo personal, fue la emulación artística la que elevó sus respectivas obras a niveles de genialidad. Esta dinámica, lejos de ser destructiva, enriqueció el panorama artístico de su tiempo.
La conferencia ofreció un recorrido visual por las obras más representativas de ambos pintores, acompañadas de análisis técnicos y simbólicos que permitieron al público comprender mejor las tensiones creativas que marcaron una de las etapas más brillantes de la historia del arte occidental.