En el marco del ciclo “Grandes Enigmas de la Humanidad”, el Ateneo Mercantil de Valencia acogió una nueva conferencia a cargo del Prof. Dr. Jaime Vázquez Allegue, doctor en Teología Bíblica y una de las máximas autoridades en paleografía de los manuscritos del Mar Muerto. Bajo el título “El Intertestamento. La Biblia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento”, el experto abordó con rigor académico un periodo tan decisivo como olvidado de la historia religiosa.
Lejos de ser un simple intervalo temporal, el llamado Intertestamento es, en palabras del conferenciante, una tercera gran parte de la Biblia no reconocida oficialmente como tal, pero esencial para comprender el paso del judaísmo del Segundo Templo al surgimiento del cristianismo primitivo.
A través de su reciente obra homónima, publicada por Editorial PPC (Madrid, 2024), Vázquez Allegue propuso una lectura crítica y actualizada de los textos apócrifos, apocalípticos, rabínicos y de Qumrán, defendiendo su relevancia para entender no solo el contexto histórico de Jesús, sino también los grupos sociales y religiosos que aparecen mencionados en los Evangelios, como fariseos, saduceos, zelotes o eseños.
Uno de los puntos más destacados fue el análisis del valor lingüístico y simbólico de estos textos. “Muchos fueron excluidos del canon simplemente por estar escritos en griego”, explicó el profesor, aludiendo a libros como los Macabeos, cuya defensa del judaísmo no fue suficiente para ser considerados sagrados por el judaísmo oficial. Sin embargo, sí fueron aceptados por la tradición cristiana, lo que revela diferencias fundamentales en el proceso de canonización de las escrituras.
El acto sirvió para desmitificar el término “apocalipsis”, cuya etimología griega remite a “desvelar” y no al “fin del mundo”, como comúnmente se cree. Este matiz dio paso a un repaso por la literatura apocalíptica, cuyas imágenes simbólicas y mensajes velados constituyen, según Vázquez, el origen de la escatología bíblica.
La intervención, que reunió a numeroso público, no solo iluminó un periodo escasamente conocido, sino que invitó a releer la Biblia desde una nueva perspectiva, integradora y crítica, donde los textos excluidos recuperan su valor histórico, literario y espiritual.