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Pablo Neruda: el poeta que hizo de la vida una revolución

14 de octubre de 2025

Pablo Neruda, nacido como Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto en 1904, fue uno de los poetas más grandes del siglo XX y símbolo de la literatura comprometida. Desde joven rompió con el lenguaje grandilocuente heredado del siglo XIX para crear una poesía cercana a la vida, a los objetos cotidianos y a las pasiones humanas. 


En sus versos, el amor no era eterno, sino libre; la belleza podía encontrarse tanto en una cuchara como en el viento. Para Neruda, el arte debía servir al pueblo y reflejar la realidad de los seres humanos.


Un niño del sur de Chile

Huérfano de madre desde su nacimiento y criado por una mujer a la que llamó cariñosamente “la mamadre”, Neruda creció entre la dureza del trabajo ferroviario de su padre y la ternura de la lectura. 


En su infancia, descubrió el poder del lenguaje a través de cartas encontradas en un viejo baúl, y escribió sus primeros poemas para una niña llamada Blanca Wilson. Sus experiencias en los bosques lluviosos del sur, junto a los mapuches y sus leyendas, marcaron su sensibilidad poética. En la escuela fue alumno de Gabriela Mistral, quien lo animó a leer a los grandes escritores rusos.


Del amor joven a la poesía universal

Su primer libro, Crepusculario, fue seguido por su célebre Veinte poemas de amor y una canción desesperada, donde expresa la intensidad, las dudas y el dolor del amor. “Es tan corto el amor y es tan largo el olvido”, escribió, dejando una huella indeleble en la literatura universal. 


Su carrera diplomática lo llevó a Asia, donde conoció el aislamiento, el deseo y la desolación, sentimientos que darían origen a Residencia en la Tierra, obra clave del existencialismo poético latinoamericano.


La guerra, España y el despertar político

Durante la Guerra Civil española, Neruda presenció el horror de la violencia y la muerte de su amigo Federico García Lorca. Aquella tragedia cambió su poesía para siempre. Su libro España en el corazón convirtió el dolor en un grito colectivo contra el fascismo: “Venid a ver la sangre por las calles”. 


Desde entonces, Neruda asumió su voz como un instrumento de conciencia social. Como senador y militante comunista, denunció las injusticias y defendió la democracia chilena hasta ser perseguido y exiliado.


El canto final de un hombre del pueblo

Neruda viajó por el mundo, construyó casas que reflejaban su amor por el mar y escribió Odas elementales, celebrando lo simple: las tijeras, el pan, el vino, la vida. En 1971 recibió el Premio Nobel de Literatura, y su discurso fue una defensa apasionada de la dignidad de los pueblos de América Latina


Poco después del golpe militar de 1973 y la muerte de su amigo Salvador Allende, Neruda falleció en circunstancias aún discutidas. Sin embargo, su legado perdura: el poeta que amó sin pureza, que escribió con las manos del pueblo y que soñó con una humanidad más justa, sigue siendo la voz que canta que la poesía no habrá cantado en vano.

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