J.R.R. Tolkien, conocido mundialmente por ser el creador del universo de El Señor de los Anillos y El Hobbit, fue también un soldado que combatió en la Primera Guerra Mundial, una experiencia que dejó una profunda huella en su literatura. Así lo explicó la Dra. Alicia García-Herrera, doctora por la Universidad de Valencia y autora de La Dama Blanca, en la conferencia titulada “J.R.R. Tolkien. Soldado y escritor”, celebrada recientemente.
La ponente desgranó en 46 intensos minutos cómo los horrores del frente, especialmente durante la Batalla del Somme en 1916, marcaron al joven Tolkien, que entonces tenía 24 años. En aquel escenario de destrucción masiva, el escritor perdió a varios de sus amigos más cercanos, como Robert Quilter Gilson y Geoffrey Bache Smith, miembros del club literario que él mismo había fundado: el Tea Club and Barrovian Society (TCBS).
Tolkien llegó a Francia como oficial de señales del ejército británico y allí presenció de primera mano la crudeza de la guerra moderna, con nuevas armas como ametralladoras, gases tóxicos y tanques, además de escenas dantescas: “montañas de cadáveres, ratas sobre los cuerpos hinchados, caballos muertos…”, según relató García-Herrera.
Durante su estancia en las trincheras contrajo la fiebre de las trincheras, una enfermedad provocada por piojos, que obligó a su repatriación a Inglaterra. Esta circunstancia, más que alejarle de la guerra, le permitió comenzar a dar forma a lo que acabaría siendo su universo literario. Para Tolkien, esa retirada fue el inicio de su “misión creativa”, como explicó la conferenciante: ofrecer a Inglaterra una mitología propia, alternativa al ciclo artúrico.
De esta vivencia surgieron los primeros textos del legendarium tolkieniano, como “La caída de Gondolin”, escritos mientras se recuperaba. La Dra. García-Herrera subrayó que, aunque su papel militar fue modesto, la huella de la guerra es evidente en su obra, especialmente en las descripciones de batallas como la de los Campos del Pelennor, que recuerdan vívidamente a la experiencia del Somme.
La charla también abordó aspectos menos conocidos, como la posible inspiración de personajes femeninos, en especial Galadriel, en las enfermeras voluntarias que cuidaron a Tolkien durante su convalecencia. Una figura que, según la autora, encarna la serenidad y fortaleza femenina en medio del caos.
Para la Dra. García-Herrera, la guerra no solo destruyó, sino que también impulsó a Tolkien a crear un mundo nuevo, un universo de valores, coraje y esperanza. Un mensaje que sigue vigente hoy en día.