El Ateneo Mercantil de Valencia acogió la conferencia “La Gran Guerra: la eclosión sangrienta de una nueva era”, impartida por Carlos-Alberto Precioso Estiguín, especialista en Historia Militar y licenciado en Derecho y en Geografía e Historia por la Universitat de València. Con una exposición rigurosa y profundamente crítica, el ponente ofreció una lectura esclarecedora del impacto global y las consecuencias duraderas de la Primera Guerra Mundial, más allá del campo de batalla.
Lejos de limitarse al relato de fechas y enfrentamientos, Precioso abordó las secuelas estructurales, políticas, sociales y culturales que este conflicto dejó a su paso, reivindicando su papel como verdadero punto de inflexión de la historia contemporánea. Según explicó, la Gran Guerra supuso el colapso del optimismo ilustrado y del orden político del siglo XIX, desmontando la idea de que el progreso industrial traería la paz.
Uno de los aspectos más destacados fue el análisis del Tratado de Versalles, calificado como una “paz impuesta” que generó resentimiento y sembró el terreno para una nueva confrontación: la Segunda Guerra Mundial. Precioso citó al economista John Maynard Keynes, quien definió el tratado como un acto de “codicia estúpida” que arruinó económicamente a Alemania.
El ponente también subrayó el carácter brutal e inédito de la guerra moderna: desde las heridas faciales masivas, que marcaron a cientos de miles de soldados, hasta el uso de armas químicas, lanzallamas y tanques, pasando por la aparición del bombardeo aéreo a población civil. Todo ello cristalizó en un nuevo concepto: la guerra total.
Precioso no dudó en comparar la conmoción provocada por la Primera Guerra Mundial con la de la Segunda, asegurando que “la Segunda no deja de ser una continuación de la Primera”. Además, hizo especial hincapié en cómo el arte, la literatura y la filosofía de la época reflejaron el trauma colectivo de toda una generación, anticipando muchos de los movimientos culturales y políticos del siglo XX.
La conferencia concluyó con una llamada a la reflexión: comprender el pasado no solo permite evitar errores, sino también apreciar las complejas raíces del mundo actual, muchas de las cuales siguen hundidas en las trincheras de la Gran Guerra.