Ir al contenido

¿Existe realmente lo feo? Belleza, fealdad y cuerpo en la Antigüedad clásica

23 de noviembre de 2025

La profesora María Engracia Muñoz ofreció en el Ateneo Mercantil una sugerente conferencia en la que reflexionó sobre la belleza y la fealdad, no sólo en el arte de Grecia y Roma, sino también en nuestra manera actual de mirar el mundo. Planteó una pregunta central: ¿qué es realmente lo feo y qué es lo bello? A partir de ahí, invitó a los asistentes a revisar sus propios juicios estéticos, desde la ropa y los objetos cotidianos hasta las obras de arte que contemplamos en los museos.


Muñoz analizó cómo los griegos entendían la belleza mediante cánones y proporciones, ejemplificados en esculturas como el Apolo de Mantiklos o la Niké de Delos, que para ellos resultaban ideales aunque hoy nos parezcan extrañas. Explicó también el papel de Platón, quien por un lado vincula la belleza a lo que perciben nuestros sentidos, pero a la vez desconfía de ellos y concluye que definir lo bello es casi imposible. En este marco cultural, lo bello se asocia a lo bueno y lo feo a lo malo, de modo que la estética se entrelaza con la moral y con la idea de orden.


La ponente recorrió después diversos mitos y figuras que encarnan esa mezcla de belleza, fealdad y juicio moral: Medusa, castigada pese a su belleza; Marsias, desollado por desafiar a Apolo; los sátiros y el dios Pan, vinculados al exceso y a lo “cacos”; o Scila, convertida en monstruo por una venganza injusta. Mostró además cómo el arte griego y romano representa también cuerpos envejecidos, marcados o “no perfectos”, así como retratos romanos de gran realismo que hoy se ocultan en segundo plano, pero que para sus contemporáneos eran modelos de virtud, carácter y experiencia.


En la parte final, Muñoz se detuvo en casos como Sócrates —intelectualmente admirable pero considerado físicamente feo— y en esculturas que la historiografía ha llegado a calificar como “las más feas de la historia del arte”, para subrayar que los criterios estéticos cambian y se discuten durante siglos. La conferencia concluyó con una idea abierta: ni todo es bello ni todo es feo de forma absoluta; a menudo juzgamos según la utilidad, el contexto o lo que alguien decidió que debía gustarnos. La pregunta que dejó al auditorio fue tan simple como profunda: ¿existe realmente lo feo?

Compartir esta publicación
Tags
Archivar
 Hazte socio