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33 años de una hazaña inolvidable: la primera cima valenciana en el Everest, contada por sus protagonistas.

22 de noviembre de 2024

El Ateneo Mercantil de Valencia acogió una emocionante conferencia sobre la primera expedición valenciana que coronó el Everest, una gesta que el 6 de octubre de 1991 llevó a Rafael Vidaurre y Coque Pérez a alcanzar los 8.848 metros de altitud de la cima del mundo. Junto a Juan Carlos Gómez y Joan Grifoll, también integrantes del equipo, se rememoró no solo la aventura, sino el esfuerzo colectivo que la hizo posible.

Con un aforo entregado, los ponentes compartieron detalles inéditos, anécdotas personales y momentos críticos de una aventura marcada por la dureza del Himalaya. Desde los siete años de espera para conseguir el permiso de ascensión hasta los intensos preparativos logísticos, la expedición fue un ejemplo de tenacidad. "En aquella época, subir al Everest no era lo que es hoy", explicó Juan Carlos Gómez. “No había colas ni tecnología avanzada; el reto era auténtico, humano, crudo”.

Durante la charla, se destacó el papel crucial del Centro Excursionista de Valencia, así como el apoyo económico de la Generalitat Valenciana, que hizo posible la expedición, valorada en 25 millones de pesetas. Los alpinistas relataron también cómo tardaron 15 días en equipar la cascada del Khumbu, una de las zonas más peligrosas de la ruta, usando más de 4.000 metros de cuerda fija y 50 escaleras de aluminio traídas desde China.

Uno de los momentos más emotivos llegó al relatar la llegada a la cima y las complicaciones de descenso. Rafael Vidaurre confesó haber sufrido ceguera temporal a escasos metros de la cumbre, un episodio crítico del que solo pudo salir gracias a la ayuda de sus compañeros. A pesar de las adversidades, todos los integrantes regresaron con vida, un logro en sí mismo en aquella época.

Como colofón a la conferencia, se proyectó por primera vez en público un documental inédito grabado en Super 8 durante la expedición, un testimonio visual de gran valor histórico que había permanecido guardado durante más de tres décadas.

Esta charla no solo sirvió para conmemorar una hazaña, sino para reivindicar el valor del trabajo en equipo, la amistad entre generaciones de montañeros y el espíritu de superación que hizo posible que Valencia alcanzara, por primera vez, la cima del mundo.

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