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De las huellas al ADN: la Policía Científica y su papel decisivo en la justicia moderna

El inspector jefe Estanislao García Moretó repasó en una conferencia online los principales avances tecnológicos de la Policía Científica y su aplicación a casos reales.
3 de octubre de 2024

La Policía Científica no lo resuelve todo, pero sin ella, nada se resuelve bien”. Así resumió Estanislao García Moretó, Inspector Jefe de la Brigada de Policía Científica, la importancia creciente de esta especialidad en la resolución de delitos. Su intervención, emitida en formato online desde el Ateneo Mercantil de Valencia, ofreció un recorrido por los 50 años de evolución que ha vivido esta disciplina en España.


Desde sus inicios como Gabinete de Identificación Criminal hasta los actuales laboratorios de vanguardia, la Policía Científica ha pasado de recoger huellas dactilares y grupos sanguíneos a realizar complejos análisis de ADN, capaces de ofrecer resultados incluso en muestras degradadas o antiguas.


García Moretó recordó que cuando comenzó su carrera, “revelábamos fotografías con líquidos químicos en laboratorios rudimentarios”. Hoy, cualquier teléfono móvil lleva una cámara más potente que las que se usaban entonces en las comisarías. “La tecnología ha democratizado la ciencia forense —explicó— pero también ha elevado el nivel de exigencia. Lo que se busca no son respuestas rápidas, sino resultados fiables.”


Durante la conferencia, abordó algunos casos célebres, como el de Francisca Rojas, primer caso resuelto por huellas dactilares en Argentina a finales del siglo XIX. A partir de ahí, explicó cómo la dactiloscopia se impuso como sistema de identificación universal, incluso más preciso que el ADN en casos como el de gemelos univitelinos.


También hizo hincapié en el papel de la fotografía forense, la antropología, la identificación facial, el iris o incluso mapas venosos, técnicas que permiten identificar con gran precisión a víctimas y autores. “Hoy todo queda registrado: una imagen puede decir mucho, pero solo si el pie de foto es veraz”, advirtió, señalando también los riesgos de las falsificaciones digitales y los deepfakes.


Para cerrar, defendió la labor de la Policía Científica como garante del Estado de Derecho: “Nuestro deber no es detener a toda costa, sino aportar certezas que sostengan una sentencia justa”. Un mensaje claro sobre cómo la ciencia y la ética deben caminar juntas en la lucha contra el crimen.



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