Esta nueva edición de "Poetas en el Ateneo", celebrada el pasado 10 de noviembre de 2020, tuvo como protagonista al poeta de Castellón, Alejandro Font de Mora. Inició el acto, como ya viene siendo habitual, Vicente Bosch, quien cedió la palabra a Santiago Fortuño, Catedrático de la UJI, quien en una brillante presentación destacó los principales rasgos de la poesía de Font de Mora: insistencia en el yo, inclinación hacia el existencialismo, ahondamiento en el tránsito de la vida a la muerte y una dimensión metapoética no exenta de un cierto aire culturalista.
Tras ello, el creador y motor de "Poetas en el Ateneo", Vicente Barberá, trazó una breve semblanza por la trayectoria profesional, política y poética de Alejandro Font de Mora. Profesionalmente, apuntó, es Doctor en Medicina, Profesor Titular de universidad y Académico de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana. Como político ocupó altos cargos en la Generalitat Valenciana, pues fue Presidente de las Cortes Valencianas y Conseller de Presidencia y de Cultura y Educación.
Y de su ya notable obra poética destacó los siguientes títulos: Pretexto contra el tiempo (1981), finalista del Premio Gules (Ayuntamiento de Valencia); De la parábola (1983), Premio Carlos G. Espresati (Diputación de Castellón); Ex libris: imagen y palabra (2012), Rom Editores; Memorial del otoño (2013), Huerga y Fierro Editores; Écfrasis (2016), Rom Editores; Fisonomías/Fesomies (2018), Corts Valencianes/ Rom Editores; El círculo sin centro (2020) , Olé libros; Baile de Màscaras (2020), Olé libros, Finalista del Premio José Zorrilla y del Premio Leonor, en 2019; Teselario (2020), Olé libros; y Treinta tangos y canciones y un homenaje a Borges (2020), Olé libros.
Barberá inició a continuación el recorrido por algunos momentos especiales de su vida a través de la habitual proyección fotográfica: momentos de su infancia y juventud; con poetas como Guillermo Carnero, Jaime Siles, Pedro J. de la Peña y el editor Toni Alcolea; con políticos como Adolfo Suárez, Rita Barberá y Francisco Camps; con el actual rey, Felipe VI; y con diversos pintores, entre ellos José Fornet y Antonio López.
Finalizada la proyección, Barberá invitó a conocer aún más al poeta mediante una serie de preguntas:
– Alejandro lo ha sido casi todo en Educación. Un año antes de jubilarme coincidí con él, Yo como Inspector de Educación y él como Conseller. La Conselleria de Cultura y Educación, pienso que siempre ha sido un laberinto de zancadillas, ¿recuerdas alguna?
– Estuve ocho años de Conseller. Y fueron tantas que no me acuerdo, o no quiero acordarme, en particular de ninguna. Pero eran zancadillas provenientes no solo de los otros partidos políticos, sino también del mío. No sé cuáles eran peores.
– Doctor en Medicina, Profesor de Universidad, médico forense… ¿Queda algo de todo esto en tu actual poesía?
– Efectivamente, de algún modo mi profesión ha inspirado algunos de mis poemas como “Oficio del exorcista” o alguna de mis temáticas como la degradación del cuerpo experimentada a través del tiempo.
– 24 años de Diputado del PP en las Cortes Valencianas, 4 años de Portavoz de Sanidad, 7 años de Vicepresidente y 1 de Presidente de las Cortes Valencianas, 7 años de Conseller de Cultura y Educación de la Generalitat, etc. ¿No es mucho para un hombre que, además, pinta y escribe poesía? ¿A ese hombre le queda tiempo para otras cosas?
– De modo consciente o inconsciente, fui asumiendo un objetivo en la vida: hacer cosas. Alguien dijo: “No está uno en el Everest para quedarse en la cima”. Y esa expresión se ajusta a mi modo de ser. Me gusta hacer cosas y muy diversas que me llenen, poesía, pintura, baile... Pero esas ocupaciones no me restan tiempo para estar con, y atender a, mi familia, a mi esposa, a mis hijos y a mis nietos.
– ¿Tu mejor y peor recuerdo?
– Mi mejor recuerdo, cuando nacieron mis hijos. Mi peor recuerdo tiene que ver con la universidad. Nunca podré olvidar el desengaño que sufrí en el departamento donde empecé mi trayectoria profesional.
– ¿La poesía puede tener un carácter terapéutico o de alivio?
– La poesía permite eliminar o, al menos, suavizar tensiones vitales. Buena parte de mi obra es una liberación.
– ¿Qué me dices de tu afición por los tangos? ¿Desde cuándo? ¿Te atreverías a cantar alguno?
– Sé unos cuarenta tangos que canto habitualmente en casa, y desde hace un año estoy yendo a clases de tangos. (Y de pronto, el poeta aceptó el desafío y comenzó a cantar a capela un tango, creo que "Cambalache" de Enrique Sánchez Discépolo, que se llevó la mayor ovación de la tarde).
– ¿El amor? ¿Qué es para ti el amor y cómo lo has manifestado en tus poemas?
– El amor es uno de los grandes motores del mundo. Indudablemente ha influido en mi poética, y algún día me gustaría reunir en un libro todos mis poemas de amor.
– ¿Qué poema te hubiera gustado escribir?
– "Elegia a Ramón Sijé", de Miguel Hernández.
Las preguntas fueron complementadas con la lectura de algunos de sus poemas por los poetas:
- Blas Muñoz: "La duda y la piel".
- Félix Molina: "Mar que yo quiero".
- María Victoria Roig: "Sísifo".
- Juan Luis Bedins: "El libro".
- Mila Villanueva: "Un suceso".
- Francisco Cejudo: "Desnúdate".
Ya casi en la recta final de esta tarde poética, sin duda espléndida, Alejandro Font de Mora procedió a recitar cuatro de sus más bellos poemas: "Pretexto contra el tiempo", "Lectura o resurrección", "Razón de la palabra" y "Qué más puedo decir". Y, finalmente, Vicente Bosch intervino para invitar a alguien del público a leer el poema que figuraba en el díptico, "Amigos", cosa que hizo Fermín Palacios.
Texto: Pascual Casañ
Imágenes: José Luis Vila