A las 18 horas del día 15 de diciembre, en torno a la mesa de la Sala de la Tertulia en el 7º piso del Ateneo Mercantil de Valencia se reunieron una veintena de tertulianos, para continuar el ciclo Novilleros Invitados con la presencia de Alberto Donaire, joven con 17 años de edad, alumno de la Escuela Taurina de Valencia desde los 13 años y estudiante a distancia de "Gestión y Dirección de Empresas". Este encuentro fue el colofón del año de tertulias 2022.
Nicasio Jiménez tomó la palabra para saludar a los asistentes, excusar la ausencia de Paco Roger por circunstancias familiares, presentar al invitado que llega al mundo del toro para el que se está preparando desde que tiene uso de razón, y dar paso a Salvador Chapa que comentó un breve dossier de prensa sobre la trayectoria profesional de Alberto desde septiembre de 2016 cuando la intransigencia política le impidió torear una becerra, hasta 2022 año en el que ha tenido 16 actuaciones en público.
Sobre su faena en la novillada del 8 de octubre escribe José Ignacio Galcerá: "Toreó con gusto a la verónica para después dejar claro que tiene el don del temple. En su faena hubo compás, cadencia, suavidad, el justo y leve toque para llevar al toro enganchado y llevarlo hasta el final, sin tirones".
Sobre su actuación en la clase práctica del 8 de mayo escribe Salvador Ferrer: "A la verónica, jugando bien los brazos, con buena expresión corporal y una media sensacional. Buen aire, Donaire. Criterio y temple en el prólogo, encauzando la embestida, abriendo caminos. El tacto mejoró al eral. Y los tiempos, fundamentales. Exhibió buen gusto y personalidad. Sobresalieron muletazos con la derecha y pasajes al natural. Y trató de reunirse con las embestidas. Distinción de Donaire, un “crianza” con trazas de “Gran reserva".
En su balance de la Escuela Taurina en 2019, año de su debut ante el público en Bocairente, escribe José Luis Benlloch: "Alberto Donaire, menudito y listo, llegado a Valencia desde La Rioja, es de familia de toreros. Cae bien desde el principio, detalle clave. Delante de los novillos resuelve con facilidad, improvisa y tiene los resortes innatos".
Para cerrar esta serie de opiniones valen las palabras del interesado: "Si no fuese por la Escuela sería imposible alcanzar nuestros sueños, para mí sería imposible ponerme delante del toro sin sus enseñanzas. Aquí me han dado confianza y se lo debo todo como torero. Estudio porque entiendo que hay que estar preparado para afrontar la vida, pero lo que siento toreando no lo siento en ninguna otra actividad".
Nicasio Jiménez entrevistó a Alberto, hijo de novillero y sobrino de banderillero, para conocer lo que sabe, lo que siente, sus aspiraciones y las fórmulas que emplea, a la vez que destacó su decoro a la hora de presentarse en público.
Con aplomo, soltura, ideas muy claras y sensatez Alberto con palabras apropiadas contó que quiso ser torero desde que tuvo uso de razón, casi sin darse cuenta, su reacción de disgusto cuando lleno de ilusiones le impidieron torear a los 11 años, y manifestó su respeto hacia los que no aceptan la tauromaquia. Entiende el toreo como una forma de vida, las 24 horas del día, que el torero ante el toro debe mostrar sentimiento y poderío dejando al margen el resto de cuestiones de su vida, y que debe transformar en belleza su encuentro con el toro, noble y bravo ante el engaño. Afortunado por los pocos percances que ha sufrido, considera que no hay que odiar al toro que te da la ilusión de ser algo y te motiva para ser mejor.
Alberto diferenció muy bien el toro en la calle, los recortes y la lidia en la plaza. El animal es el mismo, lo que cambian son las circunstancias, los que intervienen y el resultado. Toreros, recortadores y mozos buscan las sensaciones que transmite el toro.
Agradecido al apoyo y sinceridad de sus padres en los buenos y malos momentos, está satisfecho por los valores inculcados en la Escuela Taurina de Valencia, a cuyos maestros admira y va a recordar siempre. Alaba la cercanía, humildad y el sentimiento taurino de éstos que le aconsejan torear despacio y así podrá hacerlo cuando le salga un toro idóneo para el toreo lento y de ritmo pausado que ensaya. Para que el encuentro entre el torero y el toro llegue bien al público considera que son claves el compás y el concepto para construir un toreo clásico y profundo.
Admirador de Morante de la Puebla, estima fundamental mantener la personalidad, aunque cambian los toros y los públicos. Cada toro tiene una lidia y unos matices que hay que analizar desde que salta al ruedo. La verdad, sinceridad y entrega del torero con la muleta consiguen que a su vez el toro se entregue.
Alberto se entrena para mejorar la ejecución de la suerte suprema. Solo en ese momento, considera que debe estar preparado para soportar la presión ante el toro y ante el público del que debe olvidarse con una especie de abandono cargado de humildad. Entiende que hacen falta constancia y fidelidad a la profesión, tener los pies en la tierra y seguir trabajando con el pensamiento puesto en la siguiente oportunidad. Los trofeos son importantes para seguir caminando, pero lo que llena son la satisfacción, el reconocimiento y el recuerdo de la gente.
Sus proyectos y expectativas a corto plazo son los tentaderos en los que se trata de disfrutar ante la res. Se siente privilegiado por acudir a las ganaderías importantes. De momento no le importa el encaste, aunque los conoce y quiere torear de todo tipo para descubrirlos en la práctica.
Antes de proceder a una rueda de preguntas, Nicasio Jiménez recitó su poema El toro, que mereció un fuerte aplauso de los asistentes.
Alberto mantuvo muy bien su aplomo, soltura y espontaneidad para atender las cuestiones expuestas por los tertulianos. Considera que toreando despacio, con temple y suavidad se reduce la embestida del toro que se entrega. Quiere cultivar, mantener y enriquecer una tradición centenaria en la que los fundamentos son torear como se es, con la verdad, reunir cabeza, capacidad y sensibilidad para vivir el encuentro con el toro. Recordó las palabras de Víctor Manuel Blázquez antes de salir el toro en el sentido de que busque lo que le guste sin imitar a otros, y de que hay que aprovechar y disfrutar de estos días, que son por los que uno nace.
Con una foto de familia se cerró una tarde intensa que dejó en los asistentes un sabor muy agradable por la excelente categoría humana del invitado, y con el deseo de una feliz Navidad se despidieron hasta la próxima tertulia que será el 12 de enero de 2023.
Salvador Chapa