Aristóteles, un filósofo del siglo IV a.C., sigue teniendo un impacto significativo en el mundo contemporáneo. Este retorno a Aristóteles, observado por estudiosos, se debe en parte a la necesidad de fundamentos éticos y filosóficos en nuestras vidas y organizaciones. Aristóteles argumentaba que el amor a la sabiduría, o filosofía, surge del asombro, y sin esta capacidad de asombro, las personas no pueden aspirar al conocimiento verdadero. Hoy, en un tiempo de aceleración y cambio constante, muchos encuentran en la filosofía aristotélica un ancla que ofrece respuestas sólidas y duraderas sobre el ser y el saber humano.

En el contexto actual, especialmente dentro de las organizaciones, se está reubicando el papel de la filosofía práctica, como la ética. Esta disciplina no solo juzga actos humanos sino que también influye en organizaciones e instituciones. Aristóteles se convierte en una referencia crucial para fundamentar las decisiones y establecer buenas prácticas en estos ámbitos. La ética empresarial moderna busca principios que promuevan el florecimiento humano, y en este proceso, la filosofía aristotélica proporciona una guía valiosa, destacando la importancia del proceso deliberativo en la toma de decisiones.

La filosofía de Aristóteles destaca por su enfoque en la felicidad como fin último de la vida humana. En una época donde el trabajo consume gran parte del tiempo y puede tanto ennoblecer como envilecer, Aristóteles nos recuerda que la verdadera felicidad no se encuentra en el placer efímero ni en la mera ejecución de deberes, sino en una búsqueda constante de significado y realización. Este enfoque filosófico promueve una vida más plena y consciente, ayudando a las personas a no conformarse con menos y a buscar siempre la realización personal y profesional a través de una reflexión profunda y deliberada.

La conferencia destaca la relevancia de Aristóteles y su filosofía en el contexto contemporáneo, subrayando su enfoque en la educación del carácter y la importancia de la virtud. Se menciona que las decisiones precipitadas pueden causar daños y que la filosofía perenne de Aristóteles, aunque antigua, sigue siendo aplicable hoy en día. Autores modernos han continuado su legado, trazando un recorrido filosófico desde la antigua Grecia hasta nuestros días, enfatizando la relevancia de las virtudes y la retórica del justo medio, que promueve el equilibrio y el entendimiento mutuo en lugar de la polarización y el conflicto.

En el ámbito educativo, se lamenta una crisis profunda, marcada por el descontento y las bajas laborales de los profesionales de la enseñanza. Esta crisis refleja un entorno educativo que no fomenta el crecimiento personal ni profesional, sino que a menudo es fuente de estrés y malestar. Se argumenta que la educación actual está demasiado enfocada en el entretenimiento en lugar de en la formación del carácter y la búsqueda del saber. Aristóteles, con su énfasis en la moral y la virtud, es visto como un precursor de una educación que debería centrarse en el desarrollo integral de la persona, promoviendo hábitos que faciliten la toma de decisiones conscientes y auténticas.

Finalmente, se analiza la influencia de Aristóteles en la política moderna, particularmente en el comunitarismo, que valora la comunidad política como un agente crucial en la toma de decisiones y en la formación del carácter de sus miembros. Se critica la falta de participación cívica y se resalta la importancia de la deliberación pausada y ponderada en la toma de decisiones políticas. La filosofía de Aristóteles, con su énfasis en la deliberación y el compromiso con la comunidad, es vista como un modelo para reconstruir y fortalecer la vida en comunidad, promoviendo una cultura de disenso constructivo y búsqueda conjunta de la verdad y el bien común.

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