Amando García nos trajo la luz como clave en la historia de la pintura. Abordó la importancia de la luz en el arte, especialmente en la pintura, tanto en la creación de obras como en su contemplación y valoración por parte del público. Mencionó ejemplos específicos de obras pictóricas, como las decoraciones de la Basílica de San Isidoro en León, pinturas románicas en la iglesia de Santa María en Taüll, y obras de artistas como Berlingeri, Velázquez, Rembrandt, y Sorolla, entre otros.
Destacó cómo la luz natural influyó en la realización de estas obras, proporcionando el soporte visual adecuado para su creación y su posterior disfrute. Analizó el juego de luces y sombras en las pinturas, así como la distribución de la luz en los diferentes elementos de las composiciones, lo que contribuyó a aumentar el realismo y la credibilidad de las representaciones.
También mencionó la importancia del manejo de la luz para resaltar elementos específicos en las obras, como los rostros de los personajes, los pliegues de la ropa y los detalles anatómicos. Y resaltó el papel trascendental de la luz en la creación de atmósferas y la transmisión de emociones en las pinturas.
Presentó a lo largo de la conferencia múltiples ejemplos de diferentes épocas y estilos artísticos, desde el románico hasta el modernismo, para ilustrar la variedad de formas en que la luz ha sido utilizada por los artistas a lo largo de la historia. La luz es un factor fundamental en la creación y apreciación del arte pictórico, influyendo en aspectos como el realismo, la atmósfera y la emotividad de las obras.