El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente en la mujer. Las tasas de incidencia varían de unos países a otros. En toda la Comunidad Económica Europea 135.000 mujeres se diagnostican de un cáncer de mama cada año. En Estados Unidos esta cifra aumenta a 212.600 mujeres cada año.
Según los últimos datos recogidos por el Sistema Europeo de Información del Cáncer en 2018 se diagnosticaron un total de 32.825 nuevos casos de cáncer de mama en España, siendo este tipo de tumor el más frecuente entre las mujeres en nuestro país.
La probabilidad estimada de desarrollar cáncer de mama siendo mujer es de 1 de cada 8. Este tipo de tumor suele aparecer entre los 35 y los 80 años, aunque la franja de los 45-65 es la de mayor incidencia, al ser el momento en el que se producen los cambios hormonales en los períodos de peri y post menopausia.
La mayoría de los casos (80%) de cáncer de mama ocurren de forma esporádica. Y aproximadamente un 10-15% de los cánceres de mama son familiares y un 5-10% se deben a una variante heredada en un gen de susceptibilidad al cáncer.
La incidencia del cáncer, incluyendo el cáncer de mama, ha experimentado durante los últimos años -y previsiblemente, continuará experimentando- un continuo crecimiento que puede explicarse por diversos factores además del aumento poblacional. Entre ellos destacan el avance de las técnicas de detección temprana de los distintos tumores y el aumento de la esperanza de vida, ya que el envejecimiento es uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar cáncer debido a las posibilidades de presentar fallos en los mecanismos de reparación del ADN y a la acumulación en el tiempo de exposición a factores de riesgo. En cuanto a los factores modificables que tienen que ver con los hábitos de vida de la población, resultan relevantes las tendencias actuales en cuanto a sedentarismo, consumo de tabaco y alcohol, tendencia a vivir en lugares con una elevada contaminación u obesidad, entre otros.
Las técnicas diagnósticas actuales, y concretamente la mamografía, ha demostrado disminuir la mortalidad a causa del cáncer de mama, al conseguir un diagnostico en estadios iniciales de la enfermedad.
El cáncer de mama es una enfermedad compleja que aparece tras la proliferación anormal y desorganizada de las células que componen el tejido mamario. Los distintos procesos moleculares que se asocian con la formación y progresión tumoral son: activación de oncogenes, inactivación de genes supresores, alteraciones en los genes relacionados con la muerte celular programada, etc.
En los últimos años estamos asistiendo a un progreso muy importante en la comprensión de los mecanismos biológicos y moleculares del cáncer de mama y en su tratamiento. Todos los avances en la Investigación de los últimos años nos están permitiendo conocer más acerca de la biología y las bases moleculares del cáncer de mama, lo que a su vez nos está permitiendo identificar nuevas dianas terapéuticas y unos enfoques terapéuticos más selectivos para nuestras pacientes. Esto nos está permitiendo detectar precozmente el cáncer de mama e incluso poder prevenir su aparición en muchos casos (como por ejemplo en las pacientes con mutaciones en los genes BRCA dónde podemos hacer una prevención primaria para evitar la aparición de cáncer). Además, podemos seleccionar a aquellas pacientes que más se benefician de una terapia determinada, pudiendo ofrecer a nuestras pacientes nuevos fármacos dirigidos hacia las dianas moleculares que expresa su tumor.
Al mismo tiempo que evolucionan los nuevos tratamientos que reciben las pacientes del mismo modo han evolucionado las Unidades de Mama. Actualmente cuando una paciente se diagnostica de un carcinoma de mama se pone en marcha un abordaje multidisciplinar. Esto significa que nos reunimos en un Comité todos los implicados en el diagnóstico y tratamiento de la paciente: oncólogos, cirujanos de mama, radioterapeutas, radiólogos, anatomo-patólogos y ginecólogos. Y se discute la mejor opción para todas y cada una de las pacientes. En el caso de mujeres jóvenes también nos reunimos con los expertos en el mantenimiento de la fertilidad, para que aquellas pacientes que no han sido madres puedan serlo en un futuro.
Se dispone también de un gran número de Ensayos clínicos ofreciendo de este modo nuevas opciones terapéuticas dirigidas, con la finalidad de dar un tratamiento individualizado a cada paciente.