Nietzsche es el filósofo que afirmó la vida en la tierra, nuestra relación con el animal, el que somos y el que perseguimos, en terminología de Deleuze. Un filósofo al que hay que despojar de las tergiversaciones y lecturas gruesas de que fue objeto, para encontrar al filósofo de la alteridad, en el que la pregunta por lo animal es el centro de su pensamiento, el arjé de su filosofía. Unas nuevas tablas, inspiradas en la vida, en la idea de generosidad, sin venganza ni compensación, anuncian una nueva relación con el animal. El hombre del futuro ha de recuperar el sentido de la tierra. No sin sus animales.
El Foro Sensus Communis regresó con un tema interesante como es el de "Nietzsche y los animales" que impartió la Registradora de la propiedad, investigadora, doctora en Derecho y licenciada en Filosofía, Dra. Virtudes Azpitarte, cuya tesis doctoral ilustró esta relación de Nietzsche y los animales.
Virtudes nos presentó una lectura directa de los textos de Nietzsche, en diálogo con pensadores de la actualidad. La pregunta por lo animal debería ser una de las grandes cuestiones de la filosofía y, sin embargo, la historia de la misma evidencia un gran silencio. Los animales siguen siendo los grandes invisibles para la política y el derecho. Desde el siglo pasado, se levantan voces en su defensa, un avance oscurecido por los horrores que ha traído la civilización tecnológica a los animales. La cuestión animal es, sin duda, la gran tarea pendiente de la política.
Pero también para la filosofía: el animalismo es el nuevo humanismo. Tras avanzar una posible explicación sobre por qué podemos convivir en silencio con tanto horror, la autora analizó las causas sociales, económicas, jurídicas y políticas que han llevado a una construcción cultural del animal como un extraño al que dominar y explotar.
Y puso de manifiesto las insuficiencias de las estructuras jurídicas tradicionales para dar una adecuada respuesta. La gran paradoja es que se trata de imponer reglas a la naturaleza que le son ajenas y tampoco se puede vivir conforme a las leyes de la naturaleza porque éstas no existen. El derecho y la justicia son construcciones culturales humanas.