Los pueblos que habitaban América antes de la llegada de los españoles tenían organización política, social y económica. Los aztecas y los mayas, en América Central, y los incas, en la región andina habían desarrollado sociedades urbanas complejas. Estas tres civilizaciones contaban con una organización social jerarquizada: los guerreros y los sacerdotes, una minoría, conformaban el grupo privilegiado y ejercían el gobierno; el resto de la población, formado por campesinos y trabajadores urbanos, estaba obligado a pagar cuantiosos tributos.
En lo que respecta a la organización política, estas sociedades estaban gobernadas por fuertes estados teocráticos, llamados así porque toda la autoridad residía en los sacerdotes y porque el jefe del Estado era considerado un dios. A la llegada de los españoles, las únicas sociedades urbanas que existían en América eran la azteca y la inca, pues la cultura maya había desaparecido en el siglo XI d.C.