Raúl Ferrero nos hizo una exploración fascinante sobre la historia de los autómatas desde una perspectiva que desmitifica la idea tradicional de estos seres mecánicos. Comenzó situando el concepto de autómata en un contexto histórico de miles de años atrás, donde eran considerados creaciones ingeniosas que imitaban movimientos animados, pero sin la complejidad electrónica de los robots modernos. Destacó cómo estos autómatas, a lo largo de la historia, han sido tanto objetos de admiración como de temor, con fines religiosos y místicos en su origen, como se evidencia en los colosos de Memnon y otras creaciones antiguas.
A través de ejemplos históricos de diferentes culturas, como la sumeria, la china y la griega, ilustró cómo la humanidad ha tenido una larga fascinación por la creación de autómatas. Se mencionan ingeniosos dispositivos mecánicos, como el primer reloj mecánico chino, el reloj de péndulo y el taquígrafo árabe, que demuestran el ingenio humano mucho antes de la era moderna. También destacó la figura de Herón de Alejandría como pionero en la creación de máquinas automatizadas.
Continuó explorando figuras históricas más recientes, como Alberto Magno, quien supuestamente creó un autómata de hierro en el siglo XIII, y Leonardo Torres Quevedo, conocido por sus inventos como el ajedrecista automático y el teleférico del Niágara. Estos ejemplos muestran cómo la tecnología de los autómatas ha evolucionado a lo largo de los siglos, influenciando incluso la cibernética moderna.
Finalmente, planteó una reflexión sobre el futuro de la humanidad en relación con la inteligencia artificial y la robótica, recordando las palabras de una profetisa sobre la posible convergencia entre humanos y autómatas en el futuro. Y destacó la importancia de usar la tecnología de manera ética y responsable, reconociendo su potencial tanto para el avance como para el peligro si no se maneja adecuadamente.