La Escuela de Filosofía del Ateneo Mercantil de Valencia en colaboración con el Grupo de Estudios de Actualidad (AGEA) han organizado un nuevo encuentro filosófico el próximo miércoles 11 de diciembre de 2024 a las 18 horas en el Salón Sorolla con el Prof. Dr. Ginés Marco Perles. Esta nueva sesión llega bajo el título "La búsqueda del fundamento en Sócrates y Platón frente a la disolución de todo fundamento en la sofística".
Texto introductorio a la ponencia:
EXTRANJERO: Creo que una parte de la enseñanza por medio de argumentos consiste en un camino abrupto, y que la otra parte, en cambio, es más llana.
TEETETO: ¿Cómo llamamos a cada una de ellas?
EXTRANJERO: Está, por una parte, el procedimiento antiguo, aquel que utilizaban de preferencia nuestros padres cuando sus hijos cometían alguna falta, y que muchos usan todavía hoy, y que, si bien reprime con cólera, también exhorta amablemente. Sería correcto llamar amonestación a la totalidad de esa técnica.
TEETETO: Así es.
EXTRANJERO: Respecto de la otra parte, hay quienes, después de reflexionar consigo mismos, llegaron a la conclusión de que toda falta de conocimiento es involuntaria y de que quienes creen ser sabios respecto de algo, no querrán aprender nada sobre ello. Por todo lo cual dicen que, aunque la educación con amonestaciones cuesta mucho trabajo, produce escasos efectos.
TEETETO: Y tienen razón.
EXTRANJERO: Así, para rechazar esta opinión, recurren a otro procedimiento.
TEETETO: ¿Cuál?
EXTRANJERO: Interrogan primero sobre aquello que alguien cree que dice, cuando en realidad no dice nada. Luego cuestionan fácilmente las opiniones de los así desorientados y después de sistematizar los argumentos, los confrontan unos con otros y muestran que, respecto de las mismas cosas, y al mismo tiempo, sostienen informaciones contrarias. Al ver esto, los cuestionados se encolerizan contra sí mismos y se calman frente a los otros. Gracias a este procedimiento, se liberan de todas las grandes y sólidas opiniones que tienen sobre sí mismos, liberación ésta que es placentera para quien escucha y base firme para quien la experimenta. En efecto, estimado joven, quienes así purifican piensan, al igual que los médicos, que el cuerpo no podrá beneficiarse del alimento que recibe hasta que no haya expulsado de sí aquello que lo indispone; y lo mismo ocurre respecto del alma: ella no podrá aprovechar los conocimientos recibidos hasta que el refutador consiga que quien ha sido refutado se avergüence, eliminando así las opiniones que impiden los conocimientos, y muestra que ella está purificada, consciente de que conoce sólo aquello que sabe, y nada más.
TEETETO: Ésta es la mejor y la más sensata de las disposiciones, sin duda.
EXTRANJERO: Por todo ello, Teeteto, debe proclamarse que la refutación es la más grande y la más poderosa de las purificaciones, y a su vez debe admitirse que quien no es refutado, así se trate del Gran Rey, será un gran impuro, y dejará inculto y afeado aquello que tendría que ser lo más puro y lo mejor para quien aspire a ser realmente feliz.
TEETETO: Totalmente.
EXTRANJERO: ¿Y qué? ¿Quiénes diremos que se valen de esta técnica? Yo, por mi parte, temo llamarlos sofistas.
TEETETO: ¿Por qué?
EXTRANJERO: Para no adjudicarles un honor tan grande.
TEETETO: Pero, no obstante, la persona que acabas de describir se asemeja a alguien así.
EXTRANJERO: Como el lobo al perro, el animal más salvaje al más dócil. Pero el hombre sensato debe, ante todo, estar siempre en guardia respecto de las semejanzas, pues éste es el género más resbaladizo […].