1.800 años después de su muerte, el emperador Elio Adriano, sigue vigente y cautivando a los espíritus sensibles que se aproximan al mundo romano, siempre fascinante. Ocupando la posición central de los "cinco emperadores buenos" sugeridos por Gibbon, y casi deificado por Marguerite Yourcenar, su figura poliédrica ofrece una riqueza inmensa de matices, no siempre beatíficos ni líricos, que lo hacen todavía más atractivo y sugerente.
El Ciclo de Conferencias llega al Ateneo Mercantil con una nueva ponencia el próximo lunes 23 de mayo a las 19 horas en el Salón de Actos para hablarnos de Publio Elio Adriano, que fue emperador de Roma entre el 117 y el 138. La conferencia la ofrecerá Carlos A. Precioso Estiguin.
Enlace para ver la conferencia Online: https://youtu.be/oPWdx-JmteY
En aquel entonces, las sublevaciones de los pueblos súbditos y las invasiones de pueblos germanos mantenían en constante amenaza al Imperio, por lo que decidió abandonar las provincias lejanas y estableció fortificaciones defensivas, incluida la famosa muralla de Adriano. Visitó casi todas las provincias romanas, puso en orden la política local, los asuntos militares y económicos y consolidó la lealtad hacia Roma. En los años 134 y 135 viajó a Judea, donde acabó con la insurrección de los judíos liderados por Barcokebas, iniciada en el 132. Durante su reinado el Imperio alcanzó su mayor extensión territorial.
Poseedor de una gran cultura, se rodeó de poetas, filósofos y eruditos. Autor de versos y también escribió prosa, en latín y griego. Interesado también en la arquitectura, construyó edificios como el Ateneo, el templo de Venus y de Roma, el panteón de Agripa (reconstruido), y su mausoleo. Adriano falleció en la estación termal de Baiae.
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