El psicólogo, criminólogo, científico y ahora también escritor, Vicente Garrido, expuso sus reflexiones sobre los asesinatos y las nuevas tecnologías en un Salón de Actos del Ateneo Mercantil que se quedó pequeño, ya que cerca de 350 asistentes no quisieron perder la conferencia del mediático personaje valenciano. Tras una breve introducción del jefe de Opinión de Las Provincias, Pablo Salazar, el profesor universitario profundizó en las claves de su último libro, 'Asesinos múltiples y otros depredadores sociales'. Arrancó analizando la violencia homicida y destacó que pese a su gran abundancia a lo largo de la historia hay pocos asesinos que se consideran malvados. "La mayoría de criminales se creen legitimados, se sienten indignados y humillados hasta acabar por asumir que actúa con derecho moral”.
El asesino múltiple suele sentirse un perdedor, alguien que no ve cumplida una expectativa de respeto o éxito. Y puso el ejemplo del reciente asesino de sus dos hijas en Castellón. “Se considera un 'pringao' y, de repente, piensa que tiene un gran poder para cambiarlo todo, como un arma nuclear. Si mata a su familia le dice al sistema: 'me tratáis así, pues esta es mi justicia y este vuestro fracaso'”. Es el crimen como un instrumento. “Por eso muchos se suicidan después del crimen y no antes, porque lo que necesitan realmente es matar”.
Y también habló de la Era Digital; las nuevas tecnologías están teniendo temibles consecuencias en los crímenes. “El sentido de identidad se está diluyendo. Para muchos hoy su identidad ya no es el conjunto de actitudes, valores y conciencia de uno mismo, sino lo que mostramos a los demás en fotos, vídeos, redes sociales... Si La Manada no hubiera grabado su agresión, para ellos no hubiera tenido tanto interés”, puso como el ejemplo más claro de cómo el mundo digital cambia “a estética del crimen”.
El criminólogo se refirió así a los casos en los que el asesino se hace 'selfies', los vídeos yihadistas o las palizas grabadas entre adolescentes. “Antes esas capturas del criminal servían como un trofeo o un método para experimentar de nuevo su maldad, pero ahora se busca compartir con los amigos o compinches o reforzar su identidad criminal”. En ocasiones, “hasta con técnicas cinematográficas muy refinadas de enfoque, plano o luz”. En palabras de Garrido, “la ética de la crueldad se ha visto reforzada por la estética digital”. La idea de grabar un crimen “es algo cada vez más extendido”. La sociedad digital “crea nuevos cauces para difundir la crueldad» e incluso, “de algún modo y en algunos casos, puede llegar a convertirse en inductora de los asesinatos”.
“¿Por qué alguien se graba cuando comete un crimen?” Con esta pregunta arrancó y concluyó ayer Vicente Garrido su conferencia bajo el título 'La paradoja del mal: ética y estética del crimen en la sociedad digital'. El psicólogo, profesor y experto criminólogo está convencido de que la era digital “está cambiando la estética de los crímenes» hasta el punto de convertirse en «inductora de la crueldad”, de “magnificarla y de crear nuevos cauces para difundirla”.