El valencianismo político ha tenido distintas variantes a lo largo del siglo xx. En esta conferencia se evaluan las diversas interpretaciones teóricas que se han producido sobre los elementos que identifican el nacionalismo valenciano. En este sentido existen diferentes interpretaciones históricas que se han dado sobre la identidad de los valencianos para concluir que existe una falta de consenso sobre los elementos comunes que caracterizan los imaginarios nacionales.
La Comunidad Valenciana representa un mundo fraccionado y la ausencia en estos momentos de un liderazgo intelectual que una y agrupe a todas las sensibilidades e identidades. "Tenemos una sociedad plural y diversificada, si cada una de esas parcelas de sociedad produjera elementos intelectuales eso sería explendido. Las sociedades abiertas tienen intelectuales a favor y en contra porqué nosotros, lo mismo que hemos construido una sociedad plural y hemos convivido en esa pluralidad sin problema, hay que construir espacios intelectuales desde cada una de nuestras perspectivas. Tenemos el sustrato social y político lo suficientemente plural como no ha habido en otras sociedades en el siglo XX", destacó Javier Paniagua.
El término Comunidad Valenciana que recoge el Estatut de Autonomia fue clave porque por primera vez el uso de una nomenglatura que iba en contra de la cohesión social, ya que el término País Valenciano, que en principio agradaba a mucha gente, se había utilizado de forma partidista por la izquierda más dura. Lo que está claro es que el territorio valenciano presenta una dispersión tremenda que es lo que quiso evitar Joan Fuster uniéndolo a Cataluña y esta ambigüedad desaparecía. Hubo un movimiento de sensiblidad valencianista (no blavera) que protestaron y se enfrentarona las teorias fusterianas, que avanzaron camino hasta que se encontraron con un problema y una oposición frontal que viene desde siempre desde la universidad valenciana, ya que es fusteriana al 100%, es imposible que la universidad contradiga las teorias fusterianas.