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La Escuela de Filosofía del Ateneo nos trae una nueva conferencia que organizan el Ateneo Mercantil de Valencia y la Asociación Grupo de Estudios de Actualidad de Valencia (AGEA Valencia) en la que se hablará sobre la filosofía moral de David Hume. Los sentimientos, especialmente la simpatía, juegan un papel central en la determinación de la moralidad. Hume argumenta que la moral no se basa en la razón, sino en los sentimientos de aprobación y desaprobación, que son la base de nuestros juicios morales.

 📅 Fecha: Miércoles, 21 de mayo de 2025
🕕 Hora: 18:00 h
📍 Lugar: Salón Sorolla, Ateneo Mercantil de Valencia

Conferencia: "La apuesta por la moral del sentimiento en David Hume"
Conferenciante: Prof. Dr. Ginés Marco Perles, Doctor en Filosofía y Profesor de la Universidad Católica de Valencia
Coordinador: Pedro López

Contextualización:
Si algo caracteriza la Modernidad de los siglos XVII y XVIII es la pretensión de pensar las cosas de modo claro y distinto. En eso consistirá el proyecto que Descartes quiere poner sobre la mesa: es preciso tirar los trajes viejos y coser uno nuevo, partiendo de cero, sin modelo establecido, desde la pura razón y las ideas que se nos presenten como claras y distintas. Los trajes de Platón y Aristóteles, ya gastados por la dialéctica escolástica, hay que desembarazarse de ellos y buscar un diseño sencillo, claro, racional. Ahora bien, a la hora de acometer un proyecto así, resulta que no se encuentra un asidero firme en el que apoyarse. Todo lo que se conoce con los propios sentidos es cambiante, mudable y no proporciona un conocimiento cierto. Por eso mismo, Descartes dirigirá su atención a otro lugar y partirá de una intuición indudable, un principio que tomará como base para construir un sistema perfectamente racional: “pienso, luego existo”. De ahí deducirá un sujeto pensante frente a un mundo de sustancias extensas.

En la línea de esta duda cartesiana, en Gran Bretaña la filosofía seguirá un derrotero algo distinto. El punto radical de la actitud moderna es saber de qué puedo estar seguro. La pregunta es: “¿cómo obtenemos certeza?”. La respuesta de Descartes es “mediante ideas claras y distintas” (por ejemplo, el yo que piensa). Sin embargo, al otro lado del Canal de la Mancha las cosas no se verán tan sencillas.

Para los filósofos empiristas, entre los que destaca sobremanera David Hume, la única fuente de conocimiento son las experiencias sensibles, y las ideas racionales no tienen validez en cuanto tales. Por eso, a la pregunta “¿cómo obtenemos certeza?”, la respuesta de los empiristas será “mediante la experiencia”. La única fuente de conocimiento serán mis experiencias sensibles, particulares y concretas, y sólo ellas. Todas las “ideas” que fabrica la inteligencia no son más que construcciones elaboradas a partir de experiencias y, en cuanto tales, no tienen validez más que como herramientas referidas a la experiencia. Precisamente Hume es conocido por elaborar una teoría empírica radical acerca del conocimiento humano, que resultará clave para entender su ética. La ética –piensa Hume- no se puede fundamentar en ideas generales tales como “naturaleza humana”, “ley moral”, etc., sino sólo en experiencias particulares, que a fuerza de repetición y de ser vistas en otros, cristalizan en costumbres y tradiciones sociales. Sería, por tanto, un error considerar una idea de “Bien” al estilo platónico y deducir de ahí consecuencias para la vida. Tampoco sería lícito pensar qué le conviene al “ser humano” para ser feliz, y de ahí esbozar una ética, como había hecho Aristóteles. De las nociones generales no tengo certeza; de las sensaciones, sí. Por eso, Hume tratará de construir una ética basada en los sentimientos.

Cartel:

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