La ponencia abordó varios aspectos de la filosofía de Aristóteles y su relevancia tanto en su tiempo como en la actualidad. La conferencia nos sirvió como un repaso de la obra de Aristóteles, con un enfoque especial en su metafísica, que se considera una antesala para las próximas sesiones donde se discutirá la recepción del aristotelismo en diferentes periodos históricos, incluidos el medieval y la postmodernidad.

La ponencia resaltó que Aristóteles fue el primer filósofo en hacer historia de la filosofía, considerándose a sí mismo la culminación de esta disciplina en su tiempo. Se establece una comparación entre Aristóteles y Hegel, destacando que, aunque ambos buscan una síntesis, Aristóteles no incorpora la dialéctica de tesis, antítesis y síntesis, como lo hace Hegel. Aristóteles recoge y proyecta lo recibido sin el antagonismo entre opuestos, enfocándose en una síntesis no dialéctica.

Aristóteles se guía por un planteamiento experiencial, basando su filosofía en la observación de la naturaleza y el movimiento. Él distingue tres tipos de movimiento: por naturaleza, por coerción y por inercia. Además, introduce la idea de la causalidad final, un concepto teleológico que influirá profundamente en la filosofía posterior. La causalidad final de Aristóteles será un punto de controversia en la modernidad, con filósofos como Kant cuestionando su operatividad y validez absoluta.

La conferencia también destacó la visión de Aristóteles sobre la necesidad de una instancia que trascienda las causas materiales y formales, proponiendo la existencia de un primer motor inmóvil. Esta visión es contrastada con el materialismo de los presocráticos, que Nietzsche rescatará, criticando la ética introducida por Sócrates y seguida por Platón y Aristóteles. Aristóteles no ve la realidad como una mera contingencia, sino que busca fundamentos más allá del mundo físico, proponiendo una ciencia de los primeros principios: la metafísica.

Finalmente, se plantea una reflexión sobre cómo Aristóteles abordaría la enseñanza en el contexto actual, destacando que su enfoque sería más particularista y menos dirigido a las masas. Se considera que Aristóteles no aspiraría a ser un filósofo rey, sino más bien a cultivar intelectos específicos en entornos académicos y profesionales. La ponencia concluyó con una discusión sobre la vigencia de las teorías aristotélicas del movimiento y su actualización a la luz de los avances científicos modernos.

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