Felipe V y Fernando VI sufrieron un trastorno bipolar. El análisis de los árboles genéticos mediante el coeficiente de consanguinidad es una valiosa herramienta para el estudio de la heredabilidad del trastorno bipolar. La endogamia acumula alelos patógenos y el riesgo de sufrirlo. En estos sujetos, la alta consanguinidad fue un importante factor etiopatogénico de la enfermedad que sufrieron. Una elevada consanguinidad supone un factor de riesgo de sufrir trastorno bipolar.
El diagnóstico clínico que Andrés Piquer dibujó de su enfermedad, a partir de minuciosas observaciones diarias, ocupa un lugar célebre en la historia de la psiquiatría, que le atribuye el mérito de haber sido el primero en describir y comprender el cuadro de una psicosis maníacodepresiva, lo que hoy se conoce como la bipolaridad.
Los años finales del reinado de Felipe V estuvieron marcados gravemente por sus problemas psicológicos, sufría un trastorno bipolar, y la Corte se convirtió en un lugar extraño, donde las reuniones con los ministros se celebraban a altas horas de la madrugada y el Rey se creía a veces una rana. La cuestión es que Felipe V ya había abdicado una vez, en la figura de su hijo Luis I, pero después de un reinado de apenas seis meses, la Corona le había vuelto como si fuera un bumerán afilado. El 15 de enero de 1746, sin embargo, al morir de forma sorprendente después de tragarse la lengua, el cetro pasó al fin a su siguiente hijo, Fernando VI, quien paradójicamente iba a vivir un proceso de derrumbe igual de pronunciado.